La propuesta surgió frente a la “amenaza” a la estabilidad laboral en el Estado y en las empresas públicas, la pérdida del poder adquisitivo y el ajuste que promete profundizar el Gobierno nacional.
En este sentido el Secretario Nacional de ATE, Rodolfo Aguiar, señaló: “Frente a un presidente que dice que el Estado es una asociación criminal, y trabajadores y jubilados que ya sienten el ajuste, el peor error que podríamos cometer los estatales es abandonar la calle. El Gobierno intenta licuar nuestro salario y esta nueva medida de fuerza nacional tiene que servir para exigir un inmediato aumento que supere la evolución de los precios y la reincorporación de todos los trabajadores despedidos, y también para rechazar cualquier intento de privatización de empresas estatales”.
Ante este escenario inminente, con un Gobierno que plantea nuevos paradigmas de abordaje de las conflictividades sociales, sería importante reflexionar si la metodología del paro como única alternativa ayudará a concretar los objetivos de los manifestantes, en un contexto social de descreimiento dirigencial profundo, o deberán las organizaciones gremiales y sus representados innovar, inventar. Al parecer tanto docentes como estatales deberán usar sus mejores herramientas y dotarse de una lógica que se adapte a esta nueva forma de plantear la política que tiene Javier Milei, confontativa al extremo, sin medias tintas ni consenso o diálogo, cada vez más alejado de prácticas democráticas o republicanas, y que no los haga terminar en callejones sin salida en el camino de los justos reclamos.
Lo que indefectiblemente sea conveniente para la defensa de los derechos de los trabajadores y trabajadoras sea la unidad en la acción, y en este sentido no parecieran conducentes los planteos de la izquierda contra la dirigencia sindical que no coincide, con sus planteos que terminan siendo más funcionales al poder empresario y de la gestión libertaria que a quienes dicen defender. “Lo difícil de un conflicto no es como se entra, sino como se sale”, reza un viejo axioma sindical, y viene más que oportuno traerlo al debate que se avecina, tanto para el absolutismo oficial como para la metodología a implementar por parte de las y los trabajadores.