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La foto de la política, la política de la foto

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La llegada de la Libertad Avanza al Gobierno dejo al descubierto varias cuestiones. Entre ellas, la clara distancia que se generó entre la dirigencia o gran parte de la dirigencia y la sociedad, habida cuenta fundamentalmente de la lejanía entre la agenda dirigencial y las necesidades de nuestro pueblo, pero también de cierto hartazgo de las prácticas políticas, que no dieron cuenta de las preocupaciones sociales.

Una política económica que no atendió los problemas inflacionarios y la distribución justa de la riqueza priorizando el pago de una deuda externa ilegítima; sumado a los debates entre los más altos dirigentes de Unión por la Patria, de la mano de misivas o planteos por redes sociales, la política de palacio, de cúpulas, y la falta de internas democráticas en varios distritos del país, y la incoherencia entre prácticas personales y posturas políticas, fueron entre otras, las razones de la derrota del gobierno de Alberto Fernandez y Cristina Fernandez de Kirchner.

Hoy, “el campo nacional y popular” pareciera no poder salir del golpe electoral recibido, no terminar de entender o leer la realidad, o carecer de respuesta ante cierto cambio cultural de la sociedad, y ensimismarse en muchas de las prácticas políticas que produjeron que la comunidad de la espalda a su propuesta en las últimas elecciones.

Así es que, tanto en términos nacionales como regionales, o locales, los debates o discusiones la mayoría de las y los dirigentes hoy opositores carecen de una dosis mínima de reflexión sobre lo actuado durante la anterior gestión, “autocrítica” pareciera ser una mala palabra; las charlas tienen que ver con la danza de nombres para las próximas elecciones, quien debe de conducir en el futuro, sin lugar siquiera para el debate de propuestas, proyectos, de una alternativa futura para la sociedad.

De la misma manera, la parálisis dirigencial frente a las políticas Libertarias, salvo honrosas excepciones, pareciera ser una térmica de a que altura se encuentran, o para que batallas están preparados esos funcionarios, esos militantes. Por falta de capacidad o temor, por acción u omisión, se está siendo funcional a este proceso de destrucción del Estado, del aparato productivo, de toda esperanza de realización de nuestra Patria, de nuestras comunidades.

Quizás esto tenga que ver con la caracterización que se hace de este proceso político por parte de dirigentes que plantean que esto va para largo, “que esto recién empieza”, quizás sin dimensionar que para muchos argentinos estos días están siendo dramáticos, por despidos, porque el sueldo no alcanza, porque los remedios no se pueden comprar, porque se ve día a día como a su alrededor todo se derrumba.

Legisladores nacionales parecieran paralizados en general, y las y los concejales discutiendo cuestiones que nada tienen que ver con la realidad o las prioridades acuciantes de las y los vecinos. Algunos intendentes sin hacer frente más allá de alguna declaración a las medidas del ejecutivo nacional, con poca o nada capacidad de inventiva para dar cuenta de los tiempos que corren, y sin poder dar respuesta a los problemas mínimos de obra pública (por ejemplo, en las últimas semanas con las precipitaciones intensas, saneando luego de ellas canales y surcos),dejando en mano de vecinas y vecinas la limpieza de zanjas; o de inseguridad que crece alarmantemente en algunos distritos de la región, o por ejemplo, con la suma de ambas situaciones, donde vecinos están llamando a tomar por mano propia la seguridad de los barrios.

En términos institucionales, pareciera que el gobernador Axel Kiciloff, en soledad, marca el sendero contrario a los aires libertarios nacionales, tanto desde su gestión efectiva como desde sus planteos retóricos. Suele promoverse semanalmente un resumen de las acciones de su gestión (acciones no reuniones como suele hacerse), y parece increíble como se siguen extendiendo la red de rutas provinciales o mejorándolas; inaugurando nuevos establecimientos educativos, sanitarios, parques ambientales, viviendas; ampliando derechos sanitarios, habitacionales, sociales. De la misma manera articulando política con intendentes y referentes de partidos políticos opositores. Un faro para mucha dirigencia perdida, temerosa o extraviada, que parece muchas veces querer promoverlo a presidente para esconderse detrás de su candidatura más que teniendo un interés genuino, al tiempo que el gobernador no deja de plantear que no es el momento de hacer esos planteos.

La geopolítica libertaria y las acciones de pérdida de soberanía a la que nos está sometiendo el gobierno nacional, la destrucción del aparato productivo, la desinversión en educación, salud y deporte; el cierre de empresas, los despidos en el Estado, y el desmantelamiento del potencial científico y tecnológico, son parte de la narrativa opositora, pero no se vislumbran las propuestas concretas para contraponer a las ideas anarcocapitalistas.

No somos ajenos a los problemas que viven las ciudades de la región, mucho más aquellas que no tienen autonomía económica. En primer lugar, habría que preguntarse que se hecho en las últimas décadas para poder acceder a la independencia económica quien hoy no la posee. En segundo lugar, no todo lo que se hace en la gestión requiere de grandes erogaciones presupuestarias. En momentos de crisis la inventiva, la creatividad debiera de estar a la orden del día. “con guita hace gestión cualquiera” dice un concejal opositor que cuando les tocó gobernar, no lo hicieron muy bien ya que el pueblo a los cuatro años les dio la espalda. La tan mentada modernización y reforma del estado, la capacitación de empleados públicos, la generación de políticas culturales y deportivas, la implementación de políticas educativas distritales, solo por dar algunos ejemplos, se puede desarrollar con mínimos gastos, como lo han hecho varios municipios a lo largo y ancho del país en épocas de crisis.

En estos tiempos, pero fundamentalmente en este contexto, la comunicación podría ser una herramienta de concientización, de divulgación, para dar a conocer las realidades acuciantes, acercar el Estado a la ciudadanía, o a las y los vecinos entre sí. Sin embargo, la dirigencia pareciera estar más preocupada por promover su “figura”, por generar videos para las redes que nada tienen que ver con las preocupaciones de las y los vecinos; se multiplican las sonrisas en las redes de funcionarias y funcionarios mientras las caras de las y los vecinos suelen ser cada día más adustas o tristes; los hechos de gestión dan cuenta mucho más de quienes la realizan que de la política pública en sí, y de sus receptores; y se multiplican en las redes las publicaciones de simples reuniones que debieran ser una cotidianeidad laboral pero no de la cual uno pueda ostentar; inclusive concejales cuentan en las redes que se hizo en una sesión de concejo deliberante, pero no se transmiten las mismas para la comunidad y los medios, lo cual sería más democrático y transparente. Se gasta en community manager y no en asesores que los ilustren, se miran series como House of card o Borgen, pero se le escapa a la lectura. Todo se conjuga para que la política sea la mera lucha por el poder, sin saber para que. Entonces ¿El problema es la comunicación o el problema es la política?

La Libertad Avanza hoy, Juntos por el Cambio ayer, hicieron del uso de la comunicación en general, y las redes en particular un gran soporte desde donde construyeron sus victorias electorales. El peronismo intenta seguir sus pasos, careciendo de cierta formación comunicacional, descuidando el tipo de contenidos, los proyectos, y creyendo que no importa lo que se comunica, sino que lo principal es estar, en las redes.

En un año tendremos un proceso electoral por delante, es incierto cual será el escenario político, máxime si el proyecto libertario fracasa. ¿A dónde irá el sufragio popular? En ese contexto la dirigencia deberá ir a buscar el voto del vecino. Con lo que se viene realizando en términos políticos, de gestión, o de manera comunicacional, cuesta encontrar la manera en que recorrerán los barrios de las ciudades.