El ex Jefe de Gabinete de la Cancillería Argentina, Guillermo Justo Chávez, evaluó la gestión de Diana Mondino como Ministra de Relaciones Exteriores, y la posición del presidente como representante de la ultraderecha.
“Es una secretaría del presidente y lo que hace es seguir sus lineamientos; el jefe de Estado tiene un carácter muy particular y un formato de comunicación brutal, y así como esto se traslada a la política interna también sucede lo mismo con la política exterior”, describió.
La lógica, entonces, parte de “un amigo invisible” que es el comunismo, y en función de eso estructura todas las políticas en términos geopolíticos y comerciales “lo que hace que sea dañoso para los intereses de la República Argentina”.
En definitiva, este es un Gobierno que “mezcla lo cosplay para mostrar resultados macroeconómicos con posiciones desopilantes en términos de opiniones”.
“Las acciones de la Cancillería, por decisión del presidente, va en línea con un esquema de validación personal, con una idea que tiene él de posicionarse como una derecha global y algunas ideas que para mí son anacrónicas”, determinó, “poniendo ello sobre el interés de los otros”.
La idea de ser un outsider “lo lleva a ser un personaje que no es un caso aislado, sino un formato que se está repitiendo en el mundo por medio de la ultraderecha”.
Frente a la idea de que la clase media se vea cada vez más reducida consideró que “nosotros tenemos que ir por lo opuesto, una clase media amplia, con un desarrollo donde Argentina pueda hacer un aporte a este nuevo escenario global”.
“Hay que renovar, tener nuevas ideas y pensar que Argentina puede tener una alternativa a esto, teniendo en claro que el equilibrio fiscal y la inflación son dos puntos centrales que hay que tenerlos resueltos; lo entendió Néstor Kirchner y es algo que la sociedad argentina no quiere negociar más”, concluyó.
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