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Dura crítica de la Iglesia al gobierno de Milei

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​En el tradicional Tedeum del 25 de Mayo en la Catedral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el Arzobispo porteño, José Ignacio García Cuerva, formuló una durísima homilía contra el gobierno nacional apuntando en algún transcurso de su alocución contra el Presidente de la Nación, para aquellos “que tienen la panza llena y viven abstraídos de la realidad”

El mismo había adelantado que en este Tedeum iba a convocar a “una reflexión de todos los actores de la sociedad argentina, convencido de que entre todos construimos la Patria, más allá de saber que luego puedan ser tomadas algunas frases aisladas para querer alimentar la fragmentación”

“Hoy nos ponemos delante de Dios como nación y le pedimos que nos cure, porque parecemos tener las manos paralizadas para el encuentro que construye fraternidad, las manos paralizadas para abrazar a los heridos por la soledad y la tristeza, las manos paralizadas para ser solidarios con los que menos tienen. Y le pedimos a Dios que nos preserve de las manos manchadas de sangre por el narcotráfico, de las manos sucias de la corrupción y la coima, de las manos en el bolsillo del egoísmo y la indiferencia”, indicó inicialmente Cuerva.

Con gestos que se iban transformando de adustos a agrios entre los asistentes, el prelado continúo afirmando que “Tenemos que tomarnos en serio las parálisis de nuestro pueblo. Sabemos que hay parálisis que no se pueden procrastinar: su postergación en nombre de un futuro prometedor generarían consecuencias nefastas por irreversibles en la vida de las personas y por lo tanto de toda la sociedad, un precio muy alto a pagar que no nos podemos permitir: la malnutrición en la primera infancia, la falta de escolarización y accesibilidad a los servicios de salud, los ancianos y jubilados incapaces de sostenerse diariamente con un mínimo de dignidad, son algunos de esos ejemplos impostergables”.

La homilía más dura que se recuerde en los últimos años prosiguió con el arzobispo preguntándose “En estos tiempos difíciles, ¿qué estoy haciendo por los más pobres y los que sufren? ¿Podremos mirarnos y responder esa pregunta, sin echar culpa como adolescentes, sino desde la responsabilidad de hacernos cargos, incluso si es necesario realizando una autocrítica madura que tanto necesita escuchar alguna vez nuestro pueblo?”

Con claridad y templanza meridional, el máximo referente del purpurado porteño citó al Papa Francisco: “Que la grieta se termine, no con silencios y complicidades, sino mirándonos a los ojos, reconociendo errores y erradicando la exclusión” e invitaba también al mundo a una alianza social para la esperanza, que sea inclusiva y no ideológica. Deberemos desterrar la conocida doble vara que no nos permite ser ecuánimes, porque nos expresamos desde el prisma partidista que nos empaña, nos obnubila y nos hace injustos y a veces terminamos defendiendo lo indefendible. No es lo mismo unirse que confabular, no es lo es lo mismo unirse que confabular, fraternizar y forjar la cultura del encuentro que ser cómplice del mal con el solo ánimo de destruir al otro, de pensar estrategias para que al otro le vaya mal creyendo que cuanto peor, mejor. Eso nos destruye a todos y carcome los cimientos de la patria”.

Posteriormente, de manera directa a la dirigencia política y en especial al presidente, sus funcionarios y legisladores nacionales, por sus aumentos de sueldos marcó que “Nuestra gente está haciendo un esfuerzo muy grande y nosotros no podemos hacernos los tontos. Hay que acompañar con hechos y no sólo con palabras ese enorme esfuerzo de nuestra gente. Por eso siguen doliendo algunas acciones de la dirigencia divorciadas de la ciudadanía de a pie, como los tan comentados autoaumentos de sueldos de algunas semanas atrás”.

La necesidad de la concreción definitiva de la Nación y la importancia de la revisión histórica también atravesó la homilía: “Eso nos destruye a todos y carcome los cimientos de la Patria: es como un sismo que no nos permite nunca ponernos de pie”, añadió para continuar diciendo. El pasado nos enseñó que todo lo que amamos se puede destruir en base a la instrumentalización y el odio, ya que priva al cuerpo social de las defensas naturales contra la desintegración y la fragmentación social, rédito instantáneo para los saqueadores de turno e incapacidad presente para pensarnos como Nación”.

Nuevamente, y a pesar de las encuestas que plantean un gran nivel de aceptación para con el Presidente Javier Milei, el mandatario recibió, como nunca, profundas y certeras críticas a su falta de gestión, su insensibilidad y su soberbia. Esta vez, de manos de la Iglesia, y de un obispo como García Cuerva que conjuga una gran formación académica, con una historia en barrios populares.  

Nacido en la ciudad argentina de Río Gallegos, realizó sus estudios primarios y secundarios en esa ciudad. Fue ordenado sacerdote en 1997 en San isidro donde llevó adelante estudios de Filosofía y Teología, para en 2003 licenciarse en Teología , en 2009 en Derecho y en 2016 en Derecho canónico.

Por su parte, es nombrado en 1997 como Vicario Parroquial en la Iglesia Nuestra Señora de la Cava, en la villa de emergencia La Cava del Barrio de Beccar. En 2006 es nombrado Párroco de la Iglesia Santa Clara de Asís en el municipio de El Talar y en 2014 retoma su misión en  La Cava. Fue Delegado Diocesano de la Pastoral Penitenciaria, Delegado Regional de la Pastoral Carcelaria, Representante de América Latina y el Caribe ante la Comisión Internacional de la Pastoral Penitenciaria Católica (ICCPPC) y Miembro de la Comisión Nacional sobre la drogodependencia de la Conferencia Episcopal Argentina; Vicepresidente de la Comisión Internacional de la Pastoral Penitenciaria Católica y de Caritas en San Isidro, Asesor en la materia del Derecho Canónico de la diócesis, es Promotor de Justicia en el Tribunal Interdiocesano de San Isidro-Merlo-Moreno,  Miembro del Secretariado Nacional de la Pastoral Carcelaria dentro la Conferencia Episcopal, Capellán de unidades carcelarias en la Provincia de Buenos Aires y Coordinador de la Pastoral Carcelaria en el Departamento de Justicia y Solidaridad en el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

El día 20 de noviembre de 2017, fue nombrado por el Papa Francisco como nuevo Obispo Titular de la antigua Sede de Lacubaza y como nuevo Obispo Auxiliar de la Diócesis de Lomas de Zamora. Y finalmente en 2023 el Papa Francisco lo designó a Jorge García Cuerva, como Arzobispo de Buenos Aires, profundizando la renovación política en la Iglesia Católica Argentina, la cual hoy a forjado una nueva y auspiciosa página en su historia.