Una historia cautivante, un relato con una claridad que sólo es posible si quien lo cuenta fue protagonista de la misma.
En la mañana de FM TresCiudades tuvimos el privilegio de contar con la presencia de Beatriz “Teté” Grasso, trabajadora y militante peronista, que nos regaló su experiencia y vivencias, siendo fiel a su compromiso para seguir construyendo memoria, agradecida de ser una sobreviviente de la dictadura cívico, militar y eclesiástica argentina.
Oriunda de Entre Ríos, comenzó a trabajar de muy chica, con la mirada puesta en el progreso que sólo era posible en Buenos Aires, donde el pleno empleo era una característica de aquellos tiempos.
En ese ejercicio, conoció a personas que influyeron en su forma de pensar, en los derechos de los trabajadores y los cambios que se venían de la mano de una sociedad consciente, donde el peronismo tuvo una gran influencia.
En el ‘76 Teté fue detenida, señalada por haber sido delegada en una empresa de renombre, desde donde ejerció una seria militancia. “Me vienen a buscar, me llevan, y estuve 5 años y 7 meses detenida a disposición del poder Ejecutivo. Estaba embarazada y no lo sabía, así que tuve a mi hija en la cárcel, la cual nació el 13 de diciembre en Devoto. No tengo rencor ni odio porque entiendí que para el proyecto de ellos nosotros éramos peligrosos, sobre todo quienes teníamos detrás nuestro la representación de las personas. Pero el dolor mío de la cárcel es lo mucho que me robaron de mi hija”, nos contó, agradecida de que, a diferencia de otros compañeras, sí la tiene.
Sin embargo, el tiempo hizo lo propio, porque como bien explicó Teté “lo recuperamos y le ganamos la pulseada a la dictadura”.
“No tiene la culpa el chancho sino quien le da de come, y hoy tenemos esto por errores donde no tuvimos proyectos de país. Cuando no tenés proyecto de país te pasan estas cosas. Como decía Jauretche ‘el fuego se enciende desde abajo’; ojalá se encienda ese fuego desde abajo”, concluyó, poniendo sobre la mesa la problemática que nos mantiene en vilo y representa la actualidad. La voz de la experiencia que vio, vivió y merece el respeto de la escucha.
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