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El sendero de Francisco: El tiempo es superior al espacio

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​Mientras Francisco vivía y, más aún, ya enterados de su fallecimiento, una gran incógnita recorría conversaciones: ¿Quién lo suceda seguirá su camino? ¿La Iglesia continuará su proceso?

​A partir del análisis de la historia de León XIV, y de la lectura de sus primeros pasos, todo hace indicar que el sentido es el mismo, más allá de la impronta que le imprimirá el nuevo Sumo Pontífice. De donde viene, formación, su acción pastoral y el dato, no menor, de la elección de su nombre, da cuenta la editorial “Con la Biblia en el alma y la Doctrina Social de la Iglesia”, que en el día de hoy le acercamos a usted.

​Como bien señalara Gastón Garriga hace unos días en esta Radio, Francisco dejó todo ordenado, y esos sugiere lo que siempre planteó como uno de sus cuatro axiomas esenciales que “el tiempo es superior al espacio”. En tiempos del sincretismo de los egos, de personalismos, de cortas miradas, de luchas despiadadas por el cargo o por los territorios, esto es por los espacios (de poder), Bergoglio nos enseñó con la realidad, dándole verdad a sus dichos, que se trasciende en el tiempo, y que eso llega con el desafío de iniciar procesos, los cual no significa que la historia comienza con uno, ni que terminará cuando pasemos a otra vida. Gran enseñanza, para el mundo, en particular para la clase dirigencial, sin lugar a dudas, la argenta.

La Iglesia, ha dado con esta elección, otro gesto en línea con el anterior Cónclave, que es el de dotar de universalismo, saliendo del centralismo europeo, en la conformación de los ámbitos de decisión, en el posicionamiento desde donde mirara al mundo, y en su acción pastoral, posibilitando de esta manera, acercarse a las periferias y con ello a los excluidos, descartados, marginados, pobres, a los que no tienen poder, dejando de lado las hegemonías imperantes o dominantes.

Y esto se refleja en la elección de León XIV, cura peruano, pueblerino, territorial, conocedor de la América más profunda, la mestiza, la olvidada. Del “patio trasero” salió este (norte)americano para alegría de los Pueblos y preocupación de los presidentes del odio, los militantes de la crueldad. Como dijo ayer el Vicario de Cristo, tiene por delante el desafío ante estos tiempos de avances tecnológicos veloces, de inteligencia artificial. Justamente del país del norte que lo vio nacer, surgen muchos de los preceptos que han inundado cultural, económica y socialmente a un mundo unipolar. Hoy todo ello cruje, el mismo modelo está en total decadencia, y es allí donde la figura Papal cobra un enorme valor. ¿Del seno del imperio saldrá quien enfrente teológica, filosófica, y políticamente al poder mundial?

El hombre es él y sus circunstancias, Francisco no fue el mismo que Bergoglio, y quizás Robert Prevost, no sea idéntico a León XIV, pero claramente tiene frente a sí un momento interesantemente oportuno para continuar por el sendero de Francisco, y ayudar al mundo a retomar el camino del humanismo, de la justicia, de la solidaridad, a hacer de esta casa común cada día un lugar más agradable.

Para los ilusos, ingenuos, u obtusos, que pensaron que haber nacido en EEUU o ponerse León transformaban al nuevo Papa, en un conservador, retrógrado, o inclusive libertario, debemos decirle que tenemos malas noticias.  

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