En su primera audiencia con periodistas, el Papa León XIV agradeció el rol de la prensa en tiempos difíciles y llamó a cultivar un periodismo responsable, comprometido con la paz, la verdad y la dignidad humana.
Desde Roma, el nuevo pontífice recibió a comunicadores de todo el mundo con un mensaje profundo: un llamado a la paz a través de las palabras, la defensa de la libertad de prensa y una reflexión sobre el impacto ético de la inteligencia artificial. “Desarmemos las palabras y contribuiremos a desarmar la tierra”, afirmó.
La cita tuvo lugar en el Vaticano, en lo que fue su primer gran encuentro con la prensa desde su elección tras la muerte del Papa Francisco. En un discurso cargado de simbolismo y llamado a la conciencia, el Sumo Pontífice agradeció la cobertura realizada durante el reciente cónclave y pidió construir una “comunicación para la paz”.
Inspirado en la bienaventuranza “Felices los que trabajan por la paz”, el Papa trazó una línea clara entre el periodismo comprometido y la lógica de confrontación: “Debemos decir ‘no’ a la guerra de las palabras y de las imágenes”, afirmó. Rechazó un modelo de comunicación “agresivo, ideológico y competitivo” y propuso en su lugar un estilo basado en el amor, la escucha y el respeto.
Uno de los momentos más contundentes fue su defensa de la libertad de prensa. “Permítanme reiterar la solidaridad de la Iglesia con los periodistas encarcelados por haber intentado contar la verdad”, expresó, y pidió su liberación inmediata. Para León XIV, la información libre es esencial para que los pueblos puedan tomar decisiones con verdadera libertad.
El Papa también dedicó palabras a los desafíos del presente, entre ellos el avance de la inteligencia artificial. Reconoció su enorme potencial, pero insistió en la necesidad de un uso ético y responsable: “Esta misión se hace más necesaria aún. Requiere responsabilidad y discernimiento”.
El discurso cerró con un eco del último mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: una exhortación a “desarmar la comunicación” de odio, prejuicio y fanatismo, y a cultivar espacios que escuchen la voz de los más débiles.
“Una comunicación desarmada y desarmante nos permite compartir una mirada distinta sobre el mundo y actuar de modo coherente con nuestra dignidad humana”, concluyó el Papa, marcando así el tono de su pontificado en relación con el papel de los medios.