Esta mañana en Cueste lo que Cueste dialogamos con Tomás y Venetia Oliva Ioanidis, hermanos y jóvenes basquetbolistas de Berisso que ya comienzan a destacarse en el deporte nacional. Con 18 y 15 años respectivamente, comparten el amor por el básquet y una historia familiar atravesada por la pasión y el esfuerzo.
Tomás juega como alero en la Primera de Gimnasia y Esgrima La Plata. En la nota recordó que sus primeros pasos fueron en otra disciplina, aunque rápidamente se volcó a la pelota naranja: “Empecé haciendo fútbol, no me gustaba mucho. Un amigo jugaba al básquet y mis papás me dijeron que vaya a probar.”
Con una altura de 1,94 metros, reconoce que el físico es una herramienta clave. “La altura es muy importante para agarrar un rebote, hacer una bandeja, aunque hay posiciones donde no es necesario ser tan alto”, comentó.
Venetia, por su parte, mide 1,86 metros y se desempeña como pivote en Berazategui. Integró el seleccionado argentino U15 que consiguió la medalla de bronce en el Sudamericano. Sus comienzos también estuvieron ligados a la familia: “Mi abuela me llevaba a ver entrenar a Toto, y me dijeron de sumarme en la categoría Pre-Mini con los chicos.”
Sobre su experiencia en la selección nacional, dijo que “es una locura. Escuchar el himno, entrar a la cancha con la camiseta con tu nombre es increíble. Es muy fuerte cuando te dan el momento de ponerte la ropa.”
Aunque su posición es interna, siente afinidad por jugar desde afuera, ya que le gusta el juego externo y prefiere salir del perímetro.
“Quiero estar. Esta semana sale la lista”, indicó mientras se prepara para la AmeriCup U16, y donde espera ser incluida en la lista final.
Tomás también tuvo su paso por la Selección Juvenil argentina, y fue elegido para el equipo U21 del FEBAMBA (Federación Metropolitana de Básquet): “Se siente muy lindo. Para llegar a eso le metí mucho tiempo: los veranos me quedaba entrenando.”
Ambos destacan el rol de la familia y el entorno como pilares fundamentales. Su padre, Leonardo, aseguró que “el apoyo de los padres es fundamental. Hay que estar siempre, sin generarle presión, acompañándolos y llevándolos. En estos tiempos, que los chicos estén en un gimnasio o una cancha es muy bueno para su desarrollo social y personal.”
También relató que Venetia tuvo la posibilidad de jugar en el Salerno de Italia, pero decidieron postergarlo: “Uno como padre va viendo. Era muy chica y no queríamos que viaje. Siempre hay que saber decir ‘hasta acá llegamos’.”
Antes de cerrar, los hermanos dejaron un mensaje para otros chicos y chicas que sueñan con llegar lejos en el deporte.
Venetia en ese sentido fue contundente: “Entrenen, esfuércense, porque sin eso no se llega a nada. Muchos quieren llegar pero no se esfuerzan, y ahí llega la frustración. Tenés que pensar: si no hacés nada para lograrlo, no va a llegar.”
Tomás, en tanto, alentó a disfrutar del camino: “Aprovechen para socializar con el deporte y todo lo que te enseña.”
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