Leandro Gri, coordinador del grupo EuroAsia del Observatorio de Comercio Internacional y Política Exterior (OCIPEX), analizó la situación política y económica actual entre Estados Unidos y Rusia, en el marco de la guerra en Ucrania. En diálogo con este medio, sostuvo que las iniciativas diplomáticas encabezadas por Donald Trump desde febrero “no han llegado a buen puerto”.
“Trump intentó desde febrero abrir un canal de negociaciones con Vladimir Putin y Volodímir Zelenski. Sin embargo, las posiciones irreconciliables entre ambas partes dificultan cualquier tipo de avance”, explicó Gri.
Según el especialista, Rusia exige como condición para una eventual paz “el reconocimiento de todos los territorios ocupados y el levantamiento total de las sanciones internacionales”, mientras que Ucrania reclama “el retiro de todas las tropas rusas, incluyendo de Crimea”. “Estas dos posturas hacen que las negociaciones sean mucho más complejas”, aseguró.
En cuanto al papel de Europa, Gri destacó que países como Francia y Alemania sostienen una “postura más conciliadora”, con llamados a poner fin al conflicto de forma inmediata. En contrapartida, el Reino Unido, Polonia y los países bálticos promueven una línea más dura, apoyando acciones militares ucranianas para presionar a Rusia.
Además, advirtió sobre el posicionamiento norteamericano: “Estados Unidos no quiere contar con Europa para este tipo de negociaciones. Busca un canal propio, al margen de sus socios europeos”.
Respecto a la evolución del conflicto, Gri apuntó que “este conflicto se va a recrudecer, no porque Ucrania tenga posibilidades reales de ganar la guerra, sino porque las acciones recientes deben analizarse: ¿por qué Ucrania realiza un ataque de esta magnitud si el campo de lucha está favoreciendo a Rusia? Lo que se espera ahora es una contraofensiva muy fuerte por parte del Kremlin”.
En su lectura geopolítica, consideró que uno de los objetivos estratégicos de Donald Trump es intentar aislar a Rusia de su alianza con China, porque “quiere que el fin de la guerra marque el inicio de un nuevo orden en el que Rusia se aleje de China. Pero a esta altura, eso parece muy difícil”.
Por último, Gri adelantó que el conflicto bélico no sólo tiene consecuencias diplomáticas, sino también económicas a nivel global, ya que “los mercados reaccionan ante este tipo de tensiones, y Argentina no está exenta de los impactos. Las tensiones internacionales afectan los precios, las exportaciones y los flujos financieros”.
“Rusia no está apurada. Tiene los recursos y la capacidad para sostener el conflicto. Por eso pone sobre la mesa todas sus condiciones. Sabe que ya ha consolidado posiciones territoriales clave”, concluyó.
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