El lunes pasado Cristina Fernandez de Kirchner en una entrevista declaró que será candidata en las próximas elecciones. Lo que en principio apresuró los tiempos en el espacio pan peronista y, a su vez, en la oposición que hacía elucubraciones de posibles candidatos para enfrentarla.
Pero también parece haber acelerado los tiempos del poder real y sus brazos ejecutores en el Poder Judicial, que durante esta semana se encargó a través del periodismo de dar cuenta de ello.
La Causa
La ex presidenta, quien ya tiene una condena social a fuerza de múltiples operaciones mediáticas, como de nulas pruebas en la causa, y a fuerza de declaraciones políticas tan rimbombantes como huecas, nuevamente se enfrenta a una instancia tan particular como incierta.
Recordemos se la acusó de direccionar la obra pública para darsela a Lázaro Baez, que hubo sobreprecios y las obras no se terminaron. Pero cuando investigaron, los auditores puestos por el macrista Iguacel, las obras estaban concluidas y no había sobreprecios. Al empresario Baez se lo imputó por lavado pero no así por ser testaferro o tener vinculación alguna con CFK.
Es evidente, por la orgánica de funcionamiento del Estado, que quien reviste el cargo de Presidente no tiene injerencia sobre un ente autárquico como Vialidad Nacional. Es de destacar también que las obras fueron licitadas, adjudicadas y controladas en la Provincia de Santa Cruz. Llama la atención que, ningún funcionario intermedio es incriminado por ello y, sin embargo, se habla muy fácilmente de asociación ilícita.
No hubo entonces pruebas concretas y los testigos, inclusive acercados por los fiscales acusadores, afirmaron en el juicio que “CFK jamás impartió directivas a fin de beneficiar a ningún contratista”. Se condena a la expresidenta porque Lázaro Báez ganó las licitaciones en 51 de los 81 tramos de rutas que se construyeron en Santa Cruz, dejando de lado la evidente razón que en la mayoría de las provincias ganan empresas locales las licitaciones, máxime en lugares como esta provincia, como escasa presencia de empresas aptas para este desarrollo, y sin empresas que puedan trasladar equipamientos, maquinarias y personal desde su lugar. Sólo de 51 se peritaron tres que no pidieron los fiscales y tuvieron resultados contradictorio, y nunca se pidió, por ejemplo, comparación con otras empresas y provincias.
El Fiscal Guillermo Marijuan, reconocido por llevar excavadoras al sur en la infructuosa búsqueda de los dólares enterrados sentenció: “La descomunal masa de dinero que Lázaro Báez lavaba, así como la compra de innumerables muebles e inmuebles, proviene sólo de la evasión fiscal y no de la asignación irregular de la obra pública direccionada a su favor”, y agregó que por ello se “aleja el centro de la escena delictual del poder político”.
Lo cierto es que la condenaron igual.
La ¿Justicia?
Lo cerrado del sistema, con jueces elegidos por parentesco o a dedo, que nunca rinden cuenta; la alta percepción de corrupción; la sensación de falta de equidad, igualdad y transparencia; la lentitud del sistema, la influencia de los medios de comunicación y el sentimiento de impunidad hacen de la justicia, el poder de la República con el nivel más bajo de confianza en la sociedad argentina según encuestas y estudios que se vienen publicando hace tiempo ya.
Ahora bien, vale la pena recordar que quien lleva adelante esto es el Juez Ercolini, recordemos visitante de Lago Escondido pagado esto por el Grupo Clarín; el fiscal Mahiques, también viajante a la casona de Joe Lewis; la Cámara Federal, integrada por Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi, designados por Macri y con quienes compartía partidos de fútbol en los Abrojos y de Padel en Olivos. En la causa también participan los camaristas Gustavo Hornos y Mariano Borinsk y quienes visitaron la quinta en quince oportunidades, en algún caso, según los registros oficiales. En el caso del más conocido Fiscal Luciani, también solía jugar en la quinta de Mauricio Macri, conjuntamente con el Juez Uriburu, recordemos la ostentación del mate con el logo del equipo de futbol “Liverpool”, en la mismísima audiencia del juicio a la ex presidenta.
Finalmente, deben resolver la Corte Suprema, integrada por dos jueces como Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz que llegan al máximo órgano violando la Constitución y el tercero promotor de esta causa, Ricardo Lorenzetti.
Paralelamente un sistema de medios que vienen anunciando hace tiempo que CFK va a ser condenada, apretando a los jueces de la Corte que deben definir la situación de la ex presidenta de inmediato y ejerciendo todo tipo de presión a través de editoriales, tapas de diarios y horas de aire con tono amenazante. Varios de los periodistas de estos medios ofician de voceros de los supremos, ocultando cada vez menos estas operaciones.
El Poder real, esto es, corporaciones, embajadas extranjeras, grandes medios de comunicación, que no ocultan su antipatía por Fernandez de Kirchner y jueces amañados, conforman un cóctel explosivo para la credibilidad popular para con la Justicia.
No hay que dejar de lado, que parte del peronismo ha sido funcional, por acción u omisión, fundamentalmente en los últimos años, a esta situación.
El tiempo dirá si el Pueblo mediante su voto puede elegir a sus candidatos, o la casta judicial decidirá por el Pueblo. Y si el verdadero poder en la Argentina, pudo con al menos, uno de sus objetivos, tener a Cristina presa, ya que el plan para matarla, por surte, no funcionó.