La mañana lluviosa en Berisso volvió a poner en evidencia una problemática que, lejos de ser nueva, afecta desde hace décadas a los habitantes del barrio San Cayetano. En la esquina de 26 y 157, los vecinos denuncian que cada vez que llueve la zona queda bajo el agua, dificultando la circulación y poniendo en riesgo a quienes deben salir a trabajar, ir a la escuela o asistir a personas mayores.
“Siempre estamos bajo el agua. A veces ni se puede salir porque hay chicos que no pueden ir al colegio y gente grande que no puede caminar. No hay desagües y nadie se acerca a dar una mano”, relató Gerónimo Canteros, vecino del barrio desde 1988.
El hombre explicó que, lejos de mejorar, la situación empeoró cuando se asfaltaron las calles. Según contó, el pavimento se colocó por debajo del nivel del arroyo que pasa detrás de la calle 25, lo que provoca que el agua no tenga salida. “Cuando era de tierra no nos inundábamos; después del asfalto, el problema fue peor. Yo mismo le advertí a los ingenieros que el nivel estaba mal, pero no hicieron caso”, señaló.
La falta de mantenimiento agrava aún más el panorama, porque “hace dos años pusieron un caño para desagotar, pero nunca lo limpiaron. Muchas veces tuve que destaparlo solo, incluso con mi camioneta, para que corra el agua. Pero uno se cansa, soy grande y no puedo seguir haciéndolo siempre”.
Canteros también remarcó la escasa colaboración entre vecinos para afrontar la situación: “Hay tres o cuatro que ayudan, pero la mayoría no. Te miran y dicen ‘otra vez está limpiando’. Mientras tanto, el agua se queda todo el año en la esquina de 157”.
Los problemas de anegamiento no sólo afectan a la zona donde vive Canteros, ya que al ingresar hacia 151 y 26 “es un desastre” y, de producirse una emergencia, “ni una ambulancia podría entrar”.
Pese a los reclamos y a la exposición pública, las soluciones de fondo siguen sin llegar. “Me han filmado limpiando, salí en televisión, pero ni así se acercan las autoridades. Uno se cansa”, cerró el frentista.