El gobierno de Javier Milei llegó a la Casa Rosada con la promesa de austeridad, “buena gestión” y un ajuste que, según su discurso, iba a estar dirigido a la “casta política”. Sin embargo, los datos difundidos por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sobre la Ejecución Presupuestaria de la Administración Pública Nacional al mes de julio de 2025 muestran un panorama muy distinto: recortes generalizados en salud, educación, desarrollo social y ciencia, mientras aumentan los recursos destinados a inteligencia y se mantienen los pagos de deuda.
Según el informe, el gasto total de la Administración Pública Nacional cayó un 31% interanual respecto a 2023, lo que refleja un ajuste significativo en las áreas más sensibles de la gestión estatal.
Los perdedores
En el área de salud, la Superintendencia de Servicios de Salud perdió un 52% de su presupuesto, los hospitales nacionales sufrieron ajustes de entre 30% y 39%, el Instituto Malbrán un 27% y la ANMAT un 26%. El Hospital Nacional de Salud Mental Laura Bonaparte registró una caída del 39%, mientras que el INCUCAI fue una excepción con un aumento del 21%. Programas esenciales como la prevención de enfermedades crónicas, endémicas o infecciosas quedaron paralizados, con recortes que van del 59% al 100%.
En el ámbito educativo, la situación es crítica: Conectar Igualdad y el Fondo Nacional de Incentivo Docente directamente no tuvieron ejecución, mientras que Becas y Gestión Estudiantil, Acciones de Formación Docente e Infraestructura Escolar registraron recortes de entre el 41% y el 76%.
Por su parte, la ANSES redujo un 8% su presupuesto, impactando en jubilados y pensionados. Más graves aún son los recortes en la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (-72%) y en programas sociales clave como el Plan Nacional de Primera Infancia (-89%) o los Comedores Comunitarios y Merenderos (-75%). El Plan Nacional de Protección Social directamente desapareció (-100%).
El área científica también fue víctima de la motosierra: el Programa de Promoción de la Investigación e Innovación perdió un 81%, la CONAE un 40%, el CONICET un 29% y el Servicio Meteorológico Nacional un 27%. En paralelo, la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo registró un recorte del 77%, el INTA del 34% y el INTI del 42%.
La obra pública prácticamente se detuvo: las caídas en Infraestructura en Municipios, rutas, pavimentación, túneles, puentes y mejoras barriales oscilaron entre el 89% y el 100%.
Las transferencias del Tesoro Nacional también fueron reducidas drásticamente: la Asistencia Financiera y Técnica a Municipios cayó un 98%, el Fondo de Fortalecimiento Fiscal de la Provincia de Buenos Aires un 100% y las transferencias a provincias un 99%.
Los ganadores del modelo: inteligencia y deuda
En este escenario de recortes, dos áreas no solo se sostienen, sino que crecen: la Secretaría de Inteligencia del Estado, que depende directamente de Presidencia, aumentó un 27% su ejecución respecto a 2023, y los Servicios de Deuda Pública, que se llevan el 9% del gasto total.
La promesa de eficiencia y orden se enfrenta a la realidad de presupuestos subejecutados y programas desmantelados, clara muestra de una gestión que profundiza la desigualdad y debilita al Estado en sus funciones esenciales.
Lejos de la promesa de que “el ajuste lo paga la política”, los números del CEPA muestran que lo pagan jubilados, docentes, médicos, científicos, trabajadores y familias vulnerables. El relato de austeridad y eficiencia se derrumba frente a la evidencia de presupuestos subejecutados, programas desmantelados y un Estado que deja de cumplir funciones básicas mientras fortalece el aparato de control y asegura el pago a los acreedores.
El verdadero rostro del modelo libertario empieza a quedar en evidencia: no es la eliminación de privilegios ni la construcción de un Estado eficiente, sino un proyecto de concentración del poder, disciplinamiento social y transferencia de recursos desde los más débiles hacia los más poderosos. El resultado no es más libertad, sino menos derechos, más desigualdad y un país gobernado bajo la lógica de la exclusión.