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De Franco, sólo el apellido

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La exposición del jefe de Gabinete en el Congreso dejó al desnudo la estrategia del oficialismo: manipular las cifras, elegir los períodos de comparación más favorables y omitir la información más sensible para sostener un relato de éxito que choca con la realidad cotidiana y que empieza a dar sus señales en las encuestas de opinión y en las manifestaciones autoconvocadas de la ciudadanía.

La economía en retroceso

Francos habló de un supuesto crecimiento del 6,4% interanual en junio. Sin embargo, la economía cayó 0,7% en ese mes y 0,2% en mayo, acumulando cuatro meses consecutivos de variaciones negativas en 2025. Desde febrero, la tendencia es abiertamente descendente, y los indicadores de julio y agosto muestran una profundización de la caída.

La industria manufacturera se desplomó 1,2% en junio respecto del mes anterior, se ubica 6,6% por debajo del promedio de 2023 y 9,1% por debajo de junio de ese mismo año. En la construcción, la realidad es aún más cruda: los despachos de cemento de julio se ubicaron 14,9% por debajo del promedio histórico de 2021-2024, y el acumulado de enero a julio de 2025 marca una caída del 13,4% frente al mismo período de esos años.

Salarios pulverizados

La narrativa de una mejora salarial de 5,6 puntos por encima de la inflación es lisa y llanamente falsa. Los salarios reales están estancados desde septiembre de 2024 y por debajo de noviembre de 2023. En el sector privado, los ingresos se ubican 0,6% por debajo de ese mes y acumulan una pérdida del 1,3% en 2025. En el sector público nacional la caída es brutal: una pérdida del 31,9% desde noviembre pasado. A nivel provincial, los salarios públicos están 7% por debajo de los niveles previos al cambio de gobierno. En conjunto, los salarios registrados permanecen 5,5% más bajos que antes de la llegada de Milei.

Si se mide según la canasta de consumo real, la pérdida asciende al 14,2%. Y lo que viene no es mejor: entre mayo y noviembre de este año, los sueldos del sector público nacional sufrirán otra caída real del 2,4%, llegando a noviembre con un 33,2% menos de poder adquisitivo que en 2023.

La pobreza que se oculta

Mientras se proclama una “baja masiva” de la pobreza, lo que reina es la opacidad. La renuncia del funcionario encargado de medirla en el INDEC por diferencias metodológicas lo confirma. Incluso organismos internacionales reconocen que los indicadores oficiales esconden al menos cinco puntos porcentuales de pobreza. Lo que se vende como logro es en realidad manipulación estadística.

Superávit heredado

El superávit energético de USD 3.761 millones en el primer semestre no es fruto de la gestión actual, sino de la entrada en funcionamiento del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, planificado y ejecutado por gobiernos anteriores. Sin esa obra estratégica, ni el superávit energético ni el comercial hubiesen existido.

Mercado intervenido

Decir que la tasa de interés es libre es otra ficción. El Banco Central interviene todos los días, desde futuros de dólar hasta REPO y operaciones de BONCAP. Solo en dos semanas de agosto compró $1,3 billones, fijando un techo de facto a la tasa. El relato de mercado libre es solo una pantalla.

Lo que no se dice

Más revelador que los números falseados es lo que se calla:

• La disolución de fondos fiduciarios con $92.000 millones, USD 5 millones y $45.000 millones en títulos transferidos al Tesoro sin información clara sobre su origen ni destino.

• La falta de precisiones sobre organismos disueltos, bienes transferidos o trabajadores desplazados.

• Privatizaciones sin avances ni interesados concretos.

• El caso $Libra, donde la única respuesta fue esquivar las preguntas.

• El RIGI, presentado sin datos sobre montos, plazos ni empleo, apenas con vagas promesas de 20% de proveedores locales.

• El paquete fiscal, con más de 288.000 adherentes al blanqueo, pero sin respuesta sobre cuántos recuperaron residencia tributaria.

• El acuerdo con el FMI, del que solo se admite que habrá reformas “cuando sea oportuno”, ocultando el alcance de compromisos ya asumidos.

Un país contado al revés

El oficialismo construye un país ficticio: habla de crecimiento donde hay recesión, de mejoras salariales donde hay pérdidas históricas, de reducción de la pobreza donde hay manipulación de datos. Atribuye a su gestión logros que son resultado de políticas previas y esconde todo lo que pueda generar resistencia social.

Lo que queda en evidencia no es solo un manejo irresponsable de las estadísticas, sino un intento deliberado de gobernar desde la mentira. Y esa, más temprano que tarde, es una estrategia que se estrella contra la realidad de millones de argentinos que ya no llegan a fin de mes.