En el predio del exBIM3 de Ensenada, donde desde 2010 funcionan la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata, la juventud se hace presente no sólo en las aulas sino también en los pasillos. Allí, además del movimiento académico, crece un fenómeno que refleja la realidad de los estudiantes con las ferias autogestionadas.
En estas ferias, que comenzaron a instalarse en los últimos años, muchos jóvenes ofrecen distintos productos como comida, ropa usada, mates o artesanías. Se trata, en gran parte, de emprendimientos propios que les permiten generar un ingreso extra sin abandonar los estudios.
“Lo que más me ayuda es que puedo manejar mis horarios. Estoy acá en la facultad, vendo un rato, y después me voy a cursar. Si tuviera un trabajo con horario fijo, sería casi imposible seguir estudiando”, contó Agustina, estudiante de Diseño en Arte. Aunque vive sola, está en el mismo terreno de sus padres, lo que le permite no pagar alquiler ni servicios: “Si tuviese que pagar alquiler, sería imposible estudiar y trabajar al mismo tiempo”.
La experiencia de Agustina se repite, con matices, entre muchos de sus pares. Paloma, de 19 años y estudiante de Periodismo, lo resumió así: “La salida de independizarse hoy para el estudiante promedio, que no tiene la banca de sus padres, me atrevería a decir que es casi imposible. Está re complicado conseguir trabajo, los alquileres aumentan cada tres meses. Veo compañeros que viven en pensiones y ya no lo pueden sostener, incluso algunos tuvieron que volver a sus pueblos”.
Paloma también advirtió que la crisis no sólo afecta lo económico, ya que “la situación se nota en lo emocional. Desde el año pasado a este se siente la diferencia en las aulas, faltan compañeros. Si bien entraron muchos chicos nuevos, hay otros que ya no están porque no pudieron sostenerse”.
El caso de Sebastián, estudiante de Historia, suma otra perspectiva: la de quienes necesitan multiplicar sus empleos para seguir en la universidad. “Tengo dos trabajos hoy y se me complica mucho con los horarios de cursada, con el tiempo, con la necesidad de descansar y estudiar. A veces se ponen en conflicto, se hace complicado”, relató. Y agregó: “Lo veo difícil no solo en mi carrera, sino en todas. Incluso hay profesores que vienen con sus hijos a las cursadas porque tampoco tienen con quién dejarlos”.
Lo que antes no se veía con frecuencia en el predio, hoy gana lugar y visibilidad con ferias impulsadas por los propios estudiantes que, con creatividad y esfuerzo, buscan sostener su formación académica sin renunciar a un ingreso que les dé cierta autonomía.

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