El vicepresidente de la Federación Agraria Argentina, José Luis Volando, evaluó con preocupación la decisión del Gobierno de dejar temporariamente en cero las retenciones a las exportaciones agropecuarias. Desde su perspectiva, la medida fue anunciada “de la noche a la mañana” y sin la consulta habitual a las organizaciones del sector, por lo que difícilmente produzca los efectos de alivio generalizados que se esperan en la Casa Rosada.
Explicó que el principal beneficiario inmediato de la quita de derechos son los grandes acopiadores y exportadores que ya cuentan con mercadería guardada; en cambio, los pequeños y medianos productores, muchos de ellos sin soja ni maíz, no podrán aprovecharla en la misma medida. Por eso calificó el impacto real como limitado, porque si bien existen estimaciones optimistas sobre la liquidez que esto podría generar para el Estado, desde el campo esperan que la venta masiva no se concrete de forma instantánea y sitúan el potencial efectivo en cifras sensiblemente menores a las difundidas en algunos medios.
Un punto central del diagnóstico fue el efecto indirecto sobre actividades que dependen de granos, por lo que Volando estimó que los alimentos podrían aumentar alrededor de un 15% en el corto plazo, en un contexto de consumo deprimido donde los precios de la carne y la leche no acompañan, lo que complica la rentabilidad de esas producciones.
La duración acotada de la medida, hasta fines de octubre, volvió a poner en evidencia la demanda histórica del sector de previsibilidad y políticas permanentes.
En la entrevista repasó otras preocupaciones como la entrada masiva de importaciones, que presiona precios locales (incluso en segmentos sensibles como la leche), y la reasignación de fondos previstos para obras hídricas. El referente afirmó que partidas destinadas a continuar trabajos en el Río Salado fueron redirigidas hacia instrumentos financieros, algo que, según su mirada, agravó la vulnerabilidad de zonas hoy afectadas por inundaciones.
Siendo consciente de una seria autocrítica que debe hacerse desde la interna del sector agrario, pidió tiempo para ver el verdadero efecto de la medida: “habrá que esperar días o semanas” para calibrar si efectivamente se producen liquidaciones significativas o si, por el contrario, la quita temporal de retenciones sólo genera movimientos parciales a favor de los grandes acopiadores.
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