El arquero de Everton, Rodrigo “Popi” Benítez, compartió un relato cargado de sinceridad sobre su vida dentro y fuera de la cancha. Con una trayectoria que lo llevó por Villa San Carlos, Gimnasia, y distintos clubes del ascenso, el guardameta de Ensenada habló sin filtros sobre las adicciones, la aceptación de su sexualidad, el rol de su familia y su presente ligado al fútbol.
Benítez reconoció que su etapa más difícil la atravesó en pleno recorrido deportivo. Durante su estadía en la Villa “estaba la problemática de las adicciones, que la voy a tener por el resto de la vida y que no la tengo que despertar. En el club me cuidaron porque estaban al tanto de la situación. Fue el click que me hizo pedir ayuda”.
Su recuperación estuvo acompañada de la comunidad Darse Cuenta, a la que define como una “segunda casa”. “Es un tratamiento duro, complicado, pero con profesionales espectaculares. Ahí entendés, sanás y aprendés un montón de cosas. Hoy sigo yendo a los grupos; no soy un ejemplo, pero sí puedo decir que se puede salir adelante”, expresó.
La aceptación de su identidad
En un ambiente tan marcado por los prejuicios como el fútbol, Benítez también habló de su condición sexual. “Cuando uno se acepta, sabe cómo es y lo que quiere en la vida. Si hoy me dicen ‘puto de mierda’, me chupa un huevo”, afirmó con crudeza.
Hace 22 años que está en pareja con Sergio, con quien compartió más de la mitad de su vida. “Con idas y venidas, yo careteando un montón de cosas, demostrando algo que no era, muchas veces por el qué dirán. Pero hoy puedo decir que estoy orgulloso de lo que soy”.
El deportista también resaltó la importancia de sus padres durante su recuperación: “Los viejos son los viejos. Tanto a ellos como a mí el proceso que viví nos cambió un montón de cosas. Mi mamá no faltó nunca a las visitas de los sábados mientras yo estaba en tratamiento. Eso no se olvida más.”
“Aprendí a darle valor a un montón de cosas que antes no veía”, agregó, destacando la fuerza de los lazos familiares en su proceso de sanación.
Presente y futuro: de arquero a formador
Tras superar momentos críticos, Benítez se mantiene ligado al fútbol a través de su emprendimiento Arco en Cero, una escuela de arqueros que nació luego de finalizar su tratamiento. “Estoy muy contento, siento que me va bárbaro. Es mi manera de seguir en el fútbol. Gustavo Pineyro, un referente de entrenadores de arqueros en Argentina, me asesora y me brinda su experiencia. Es un tipazo que me sigue alentando para que siga con esto.”
Con el peso de la experiencia, y en una entrevista donde los hermanos Vicente hicieron lo propio para dar lugar a la libre expresión, de Benítez dejó una reflexión abierta: “La vida no todo es color de rosa. Hay momentos de tristeza, de alegría, de caídas y de aprendizajes. Pero cualquier adicción no está bien y no hace bien. Lo importante es estudiar, prepararse, hacer deporte, porque el deporte sana. Y sobre todo, aceptar quiénes somos y no esconder lo que sentimos.”