El automovilismo argentino volvió a teñirse de luto con la muerte de Alejandro Frangioli, histórico piloto y tricampeón del Turismo Internacional, quien sufrió una severa descompensación minutos después de finalizar la primera final de la Clase 2 en el Autódromo Roberto Mouras de La Plata.
Frangioli había completado la competencia y detuvo su Chevrolet Corsa al costado de la pista. No se habían emitido alertas por radio hacia los boxes, un dato que, según fuentes cercanas a la categoría, confirma que el episodio fue repentino.
Los equipos médicos llegaron rápidamente al lugar y realizaron maniobras de reanimación, pero no lograron revertir el cuadro. Minutos más tarde se confirmó su fallecimiento.
Personas allegadas al piloto indicaron que el ex piloto tenía antecedentes cardíacos importantes; había atravesado un paro cardíaco en años previos, llevaba adelante tratamientos médicos y tenía tres stents colocados.
Su muerte se suma al fallecimiento reciente de otro corredor en una categoría distinta, lo que reavivó entre profesionales de la salud y dirigentes la discusión sobre los controles médicos obligatorios, la entrega de licencias deportivas y las exigencias físicas que requiere el automovilismo.
Ante la reiteración de episodios fatales, será necesario revisar los protocolos vigentes y fortalecer las evaluaciones clínicas a las que deben someterse los pilotos antes de competir.
Tras conocerse la noticia, la ACTC decidió suspender toda la actividad del fin de semana correspondiente al Turismo Internacional, categoría que transita la etapa final de su campeonato.
Frangioli, campeón en 2005, 2006 y 2018 en la Clase Súper, competía este año en la Clase 2. A lo largo de más de dos décadas de trayectoria, pasó por la Monomarca Gol, la Copa Fiesta, la Monomarca Kia y otras divisionales del automovilismo argentino, consolidando un recorrido tan extenso como reconocido.
La comunidad lo despidió con profundo dolor, en una jornada que volvió a poner en foco la seguridad y la salud dentro de los circuitos del país.