Con cuatro cuarteles a cargo y un financiamiento cada vez más limitado, el titular del cuerpo advirtió que podrían verse imposibilitados de acudir a emergencias si no aparece una solución urgente. Preparan acciones para sostener el servicio y piden apoyo a las empresas de la región.
El Jefe de Bomberos Voluntarios de Ensenada, Abel Comas, trazó un diagnóstico crudo sobre la situación económica que atraviesa la institución, integrada por la sede central y los cuarteles de Punta Lara, El Dique e Isla Santiago.
“Nuestra situación es caótica, estamos muy mal”, afirmó, al abordar el impacto que generó la ruptura del histórico contrato que mantenían con la destilería de YPF.
Según explicó, el convenio con la empresa era “de hace muchísimos años” y permitía una rentabilidad “aceptable” para afrontar los gastos básicos del servicio y garantizar la presencia en los siniestros. Con la finalización del vínculo, el panorama cambió por completo: “Si toca no salir, la gente tiene que saber por qué”.
A su vez, detalló que esa posibilidad de contar con una cuota societaria de la empresa petrolera “no sucedió así”. A la falta de ese ingreso se suman los gastos crecientes en combustible y las reparaciones de los camiones de los cuatro cuarteles.
Hoy el financiamiento se compone únicamente de un subsidio anual de la Provincia, destinado exclusivamente a la compra de equipamiento. “No es nada contra YPF”, reiteró, pero la realidad es que la salida de ese aporte dejó a la institución al borde del colapso.
En cuando a la posibilidad de no poder acudir a incendios respondió con franqueza: “Podemos decir que sí”. Aun así, confirmó que están haciendo “todo lo imposible y lo posible” para que el servicio continúe.
En paralelo, preparan actividades para recaudar fondos. Una de ellas será la rifa de una moto durante el evento que realizarán el próximo 6 de diciembre, con el objetivo de enfrentar una coyuntura que califican como “difícil”.
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