ESCUCHÁ LA RADIO EN VIVO

La Plata, una ciudad planificada “para mostrarle al mundo que Argentina podía hacer surgir una capital desde el desierto”

53184625_2593524320667148_5740481579336073216_n

En el 143° aniversario de La Plata, el historiador y autor de El origen de los misterios en la ciudad de La Plata, Gabriel Darrigran, repasó los motivos políticos, arquitectónicos y simbólicos que dieron origen a la capital bonaerense. En diálogo con Cueste lo que Cueste, explicó que la ciudad nació de dos detonantes decisivos: la federalización de Buenos Aires en 1880 y el deseo del entonces gobernador Dardo Rocha de proyectarse políticamente hacia la presidencia.

Darrigran señaló que, tras la decisión del Congreso nacional de convertir a Buenos Aires en capital del país, “quedaba solapada la capital de la provincia”, lo que generaba tensiones entre porteños y bonaerenses. Para evitar ese choque, Rocha impulsó la creación de una nueva ciudad. Pero había algo más: “Necesitaba mostrarle al país que era capaz de hacer surgir una ciudad del desierto y hacerlo rápido, en vísperas de su candidatura presidencial”.

Esa ambición política se plasmó en un proyecto moderno, europeo y monumental. Influenciado por el higienismo francés, Rocha promovió concursos internacionales para diseñar la Catedral, la Legislatura, la Municipalidad, la Casa de Gobierno y el Palacio de Justicia. “Cualquier arquitecto del mundo podía presentar su proyecto. Esto habla de la idea universalista de Rocha, una capital que no fuera criolla ni regional, sino global”, señaló el historiador.

Aunque la figura del arquitecto Pedro Benoit suele asociarse al trazado y a los elementos simbólicos de la ciudad, Darrigran aclaró que “sin duda el más importante fue Dardo Rocha”. Según comentó, él concentró la decisión política, ya que “promovía comisiones supuestamente independientes, pero ponía en ellas a todos amigos cercanos; la última palabra la tenía él”.

Respecto a la posible influencia masónica en el diseño urbano, sostuvo que si bien Benoit era mason y muchos miembros del Departamento Topográfico también lo eran, eso no define el carácter fundacional de la ciudad: “Si hay alguna influencia masónica, se puede ver en el trazado que diseña Benoit y en la lectura que hacen los masones de ciertos símbolos dentro del casco”.

Darrigran también aclaró que es un mito la idea de que las tierras fueron compradas a pueblos originarios. Para 1882, explicó, las comunidades indígenas habían sido desplazadas medio siglo antes por las campañas militares previas a la Conquista del Desierto. La provincia expropió esos terrenos a grandes terratenientes criollos, cuyos apellidos aún nombran zonas del Partido como Arana y Pereira Iraola.

La elección del sitio tampoco fue azarosa. Debía tener puerto propio y condiciones para desarrollarlo rápidamente. Ensenada ya contaba con uno, aunque precario. Con la llegada de la ciudad, se amplió y dragó bajo la dirección de un ingeniero alemán. “Era un requisito imprescindible para una capital provincial”, afirmó.

Te invitamos a escuchar la nota completa en: