El Centro Cultural El Árbol, ubicado en 35 entre 22 y 23 en el barrio La Loma de La Plata, atraviesa días de reconstrucción luego del incendio que sufrió el pasado 14 de noviembre. Milagros Lagneaux, integrante del espacio, contó cómo se viven las primeras jornadas después del siniestro, el impacto material y simbólico de las pérdidas, y el esfuerzo colectivo para volver a poner en pie un lugar que hace seis años sostiene actividades comunitarias, apoyo escolar y acompañamiento barrial.
El fuego afectó principalmente la planta baja, donde funciona dicho espacio. Si bien las sillas pudieron rescatarse, gran parte del mobiliario utilizado para el apoyo escolar quedó destruido, al igual que electrodomésticos, pavas, artefactos de calefacción, cartelería y otros elementos clave que forman parte de la dinámica cotidiana del lugar. Las paredes y el techo quedaron completamente tiznados y los cables, derretidos. “El techo está negro de punta a punta; fue impresionante verlo con luz al día siguiente”, describió Milagros.
El incendio también dejó inutilizada la instalación eléctrica, que deberá renovarse por completo antes de que el espacio pueda volver a funcionar con normalidad. A pesar del daño, los bomberos lograron controlar las llamas rápidamente gracias al aviso inmediato de una familia que vive en la planta alta del edificio. Nadie resultó herido y las pérdidas fueron exclusivamente materiales.
La primera jornada de limpieza se realizó a pocas horas del siniestro y duró siete horas. La comunidad del barrio se acercó de inmediato; vecinos, comerciantes, militantes, familias con niños, incluso personas que participan de otras actividades del espacio. “Es muy movilizante ver llegar a tanta gente de distintos puntos de la ciudad. En un momento tan horrible, aparece la comunidad que construimos todos estos años”, expresó Milagros.
El Centro Cultural El Árbol funciona desde 2019 y es sostenido completamente por militantes y voluntarios. Entre las actividades principales se encuentran el apoyo escolar gratuito, acompañamiento jurídico, talleres, jornadas para las infancias y encuentros culturales. “Para muchas familias es difícil pagar un apoyo escolar. Los martes y jueves vienen un montón de chicos, y muchas veces no se quieren ir; es un lugar donde sienten amor y contención”, contó.
La reconstrucción será larga y costosa. Para eso, el espacio abrió un fondo solidario destinado a compra de materiales de limpieza, pintura, mobiliario y todo lo necesario para recuperar la infraestructura. Quienes puedan colaborar pueden hacerlo mediante el alias ayuda.incendio.ccea, a nombre de Rocío Barrera. También reciben donaciones materiales, especialmente artículos de limpieza, electrodomésticos, mesas y sillas.
Además, se organizan jornadas abiertas de recuperación. Enterate de la próxima en: