Las organizaciones de Les Chiques del Pueblo participaron de la histórica marcha El hambre es un crimen, una jornada que combinó juego, participación y reclamo político en defensa de los derechos de la infancia. La actividad tuvo lugar en la República de los Niños y contó con la participación de unas 4.000 niñas, niños y adolescentes de distintos puntos del país.
En diálogo con Ribera Paraíso, Paula Salinas, integrante y vocera del movimiento, destacó que la convocatoria se sostuvo “en un contexto de crueldad creciente”, marcado por la expansión del hambre, los consumos problemáticos, la violencia en los barrios y la falta de políticas públicas integrales. “La mitad de los pibes de este país son pobres; eso no es una elección individual, es una decisión política”, advirtió.
Salinas remarcó que las organizaciones comunitarias cumplen un rol indispensable en los territorios: “Somos casas donde se recupera el sentido de comunidad, donde los pibes pueden proyectar su vida acompañados. Nuestros espacios son herederos de lo que nos enseñaron Carlitos Cajade, Alberto Morlachetti y tantos compañeros históricos, que es el amor el que inventa”.
La marcha comenzó a las 10:00, cuando las delegaciones -principalmente de la provincia de Buenos Aires, aunque también de Santa Fe, San Luis, San Juan y Chaco- ingresaron al predio para disfrutar de las actividades recreativas de la República de los Niños. A las 14:00 inició la caminata simbólica, que culminó con un acto central protagonizado por los propios chicos y chicas.
“El sujeto político fundamental e indispensable en un país son las infancias, las adolescencias y las juventudes”, sostuvo Salinas.
De esta manera, la jornada retomó el espíritu original del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, que desde los años 80 denuncia la responsabilidad del Estado en las condiciones de vida de millones de niñas y niños. “Para que el odio no se vuelva costumbre, cerró Salinas, sabemos que con ternura venceremos”, cerró Salinas.