El Concejo Deliberante de La Plata aprobó esta semana el nuevo Código de Ordenamiento Urbano y Territorial, una norma que redefine dónde, cómo y cuánto se podrá construir en la capital bonaerense. La votación fue contundente, con 22 concejales que acompañaron el proyecto y sólo uno que se expresó en contra.
La edil Florencia Barcia se ausentó por un episodio de inseguridad que recibió el acompañamiento de todo el arco político.
La importancia del debate quedó clara desde el inicio; el oficialismo llegó a la sesión con una propuesta que buscaba reemplazar la ordenanza 10.703, cuestionada desde hace años por favorecer desarrollos inmobiliarios sin planificación adecuada y señalada como uno de los factores que agravaron el impacto de las inundaciones de 2013. La nueva norma, impulsada por el intendente Julio Alak a través de la Secretaría de Planificación, introdujo límites más estrictos para la altura de los edificios, aunque ese punto fue el epicentro de la puja.
El proyecto original planteaba reducir drásticamente las alturas máximas, de 12 o 14 pisos a 6 en zonas troncales, lo que generó un fuerte rechazo de desarrolladores, colegios profesionales y actores del mercado inmobiliario. La presión fue intensa; permisos frenados, trámites paralizados y un lobby que se hizo sentir en todas las bancas. La sesión comenzó con demora y estuvo detenida más de cuatro horas mientras se negociaban ajustes técnicos y políticos.
Finalmente, la norma sancionada estableció un esquema intermedio; en el casco urbano, las avenidas principales quedan habilitadas para edificios de hasta 10 pisos, incorporando además nuevas zonas como las avenidas 38, 66 y 19.
En el microcentro, donde originalmente se pretendía bajar a 6 pisos, se permitió subir a 8 como parte de un acuerdo para compensar la pérdida de altura sobre las avenidas, mientras que en el resto del casco, el límite quedó fijado en 10 pisos para avenidas y 6 para calles interiores.
El cambio también alcanza a las localidades de City Bell y Gonnet; la altura máxima sobre avenidas se redujo de 4 a 3 pisos, sin habilitación para estructuras verticales en áreas residenciales internas. En Tolosa, San Carlos y Los Hornos, las avenidas principales podrán tener hasta 6 pisos, mientras que en las zonas más alejadas del oeste el tope se fijó en 4. Hacia el sur, fuera de la circunvalación, se permitirán edificios de hasta 4 pisos en corredores como 122, 17, 19 y 25.
El proceso dejó en evidencia la tensión entre planificación urbana y negocio inmobiliario; de todos modos, el oficialismo destacó que la nueva norma ordena un crecimiento que en la última década se dio sin control, mientras que los sectores vinculados a la construcción reclamaron previsibilidad y rechazaron cambios bruscos que afectaran sus inversiones. La negociación incluyó recortes y compensaciones con menos altura en avenidas, más en sectores internos; límites en zonas residenciales, aperturas en corredores específicos.
Tras su aprobación, el intendente firmó de inmediato la resolución que habilita la entrada en vigencia del nuevo Código. Con la norma en funcionamiento, los trámites de obra que estaban paralizados podrán reactivarse bajo las nuevas reglas, lo que aporta claridad tanto para desarrolladores como para vecinos que vienen reclamando un ordenamiento más equilibrado.