Ariel Iotov e Ignacio Piaggio, nadadores de la región, concretaron su sueño de cruzar el río de La Plata. Sus familiares y amigos lo recibieron con la emoción que se merece por alcanzar la meta.
Completar exitosamente el cruce a nado del Río de la Plata era una deuda pendiente para ambos y los registros históricos marcan que, hasta el momento, sólo lo pudieron hacer poco más de cuarenta nadadores.
La travesía, encarada en conjunto, requirió de un intenso entrenamiento en el que gradualmente se iban sumando los metros recorridos. También se aprovecharon las buenas las condiciones meteorológicas para ejercitar en aguas abiertas.
“Había que entrenar el físico, pero sobre todo la cabeza, teniendo en cuenta que se trata de nadar sin pausa durante más de diez horas”, comentó el berissense Iotov, antes de zambullirse en las costas de la ciudad de Colonia.
Un dato a destacar en este caso es que hace más de veinte años el nadador no pudo completar la distancia al sufrir un principio de hipotermia tras nadar alrededor de cinco horas y media. “El desafío me encuentra ahora más maduro, más experimentado y a la vez contamos con mejor tecnología para monitorear con precisión el estado del clima y del río”, anticipaba sobre el inicio de la misión.
Por su parte, el platense Piaggio expresó: “Empecé desde muy chico pero nunca me lo imaginé. Hice ultramaratones para estar preparado y claramente la idea es seguir. Nadar me ayudó a cambiar en lo físico, con mi problema de salud, y sirve para alejarse de los excesos. El deporte no es milagroso, es constancia. Y esto también es entran un poco en la historia”.
Ambos nadadores partieron a las cinco de la mañana. La logística la integraron una embarcación mayor, encargada de marcar el rumbo, más un semirrígido por cada nadador, desde donde se siguió atentamente la performance, suministrando mediante una caña sólido y líquido para mantener el cuerpo nutricionalmente balanceado.