La semana comienza con dos datos relevantes, que no escapan al año electoral ni a la cruzada que se planteó desde nación con uno de los gremios más importantes del país como lo es el Sindicato de Trabajadores de Comercio. Ni para unos ni para otros, así se definió lo que en un principio comenzó con el gesto positivo de un Javier Milei que promete pero no cumple.
En primer lugar hablamos de los resultados electorales de las provincias de Salta, Jujuy, Chaco y San Luis que “mostraron un cómodo triunfo de todos los oficialismos provinciales, malas performances de los peronismos locales y pésimas performances de La Libertad Avanza”, marcó el analista político Gastón Garriga, y señaló que “Esto de alguna manera viene a confirmar la hipótesis de los gobernadores del por qué había que desdoblar; porque un gobernador al fijar una fecha de elección desdoblada maneja los términos de la elección, volviéndola más favorable.”
En segunda instancia, trajo una vieja máxima que dice que los gobernadores en la política no tienen la culpa de nada, porque “en los problemas chiquitos la culpa es del intendente, y en los problemas grandes la culpa es del presidente”.
Todo este combo de cosas llegan para confluir y mostrar oficialismos fuertes, competitivos, sólidos, que sortearon el trámite sin menor dificultad, llegando a la elección de octubre de una manera más relajada.
De todos modos, Garriga señaló que los gobernadores miran con recelo a la presidencia actual, ya que “en esas cuatro provincias no hubo acuerdo a nivel local y la pulseada la terminaron ganando muy cómoda los gobernadores”.
La otra novedad es lo que enmarca al Sindicato de Comercio, “uno de los sindicatos menos combativos desde que esta la conducción de Armando Cavallieri, quien había logrado una buena paritaria llevando el salario mínimo de 834 mil pesos a un 1.100 millón”, indicó.
Llegado el acuerdo, el gobierno nacional “primero se negó a homologarla y luego apretó a los empresarios para que no la paguen”. La consecuencia de todo esto es que en varias provincias, especialmente en Buenos Aires donde se concentra el 40% de la actividad comercial del país, los sindicatos están en estado de alerta y asambleas.