La vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, Valeria Levi, se refirió con preocupación al profundo vaciamiento que sufre el sistema científico y tecnológico en Argentina desde la asunción del actual gobierno nacional.
“Con la llegada de Milei se cortaron las financiaciones a todos los proyectos científicos y tecnológicos del país”, explicó Levi, y remarcó que esta decisión afecta tanto a los programas ya en ejecución como a aquellos que estaban por iniciarse. La vicedecana señaló que el daño “es al sistema en su totalidad”, ya que también se suspendieron iniciativas clave como los programas de equipamiento, la construcción de edificios para nuevos laboratorios y los ingresos a la carrera del CONICET, dejando fuera del sistema a numerosos profesionales.
Desde su perspectiva, la consecuencia más grave es el éxodo masivo de jóvenes científicos: “Hace un año y medio no imaginábamos ver una migración tan grande; nunca habíamos presenciado un éxodo de esta magnitud”. Y confirmó que “hay muchísimos ejemplos de profesionales que, al no poder sostenerse con sus salarios, están eligiendo otros rumbos”.
Levi también advirtió que los efectos de este desfinanciamiento no se revertirán a corto plazo, sino “en décadas”. En esa línea, expresó su preocupación por el modelo de país que se está construyendo, entendiendo que “un país que no tiene ciencia y tecnología, no tiene futuro”, y que “está en juego el modelo de país en el que queremos vivir”.
En respuesta al aporte social que ofrece el CONICET recordó que uno de los grandes logros recientes del CONICET fue el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19: “Ganamos la capacidad de hacer vacunas. De todos modos, las contribuciones del sistema científico son muchísimas y tienen un impacto inmensurable en la vida diaria de la población”.
A su vez, mencionó el trabajo articulado con el sector socioproductivo, en tareas como mejora de procesos, prestación de servicios y desarrollos tecnológicos.
No obstante, advirtió que la pérdida de personal es bastante grande ya que “durante el último año, en la Facultad hemos perdido un 10% del plantel entre docentes, investigadores y becarios, aunque son cifras difíciles de medir a nivel nacional; y este año esperamos que sea aún peor”.
Si bien por el momento no se ha registrado una disminución en la cantidad de estudiantes en Exactas, el mayor problema radica en la planta docente debido a los bajos salarios. Y si esto continúa “no podremos garantizar la calidad educativa de nuestros alumnos”.
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