En diálogo con Cueste lo que Cueste el gerente de la Cámara de Comercio e Industria de la ciudad de La Plata, Diego Piancazzo, trazó un panorama complejo sobre la situación actual del comercio local, marcado por la baja en el consumo, el impacto de la inflación y la apertura de importaciones.
“La situación es difícil, es complicada. Venimos de años muy duros desde la pandemia, con muchos comercios que cerraron y otros que apenas lograron mantenerse”, afirmó Piancazzo, quien destacó que, si bien algunos rubros como la gastronomía, los shows y las escapadas turísticas experimentaron un leve repunte post-pandemia, desde el año pasado la tendencia volvió a caer, principalmente por la pérdida del poder adquisitivo.
Respecto al último fin de semana largo y el Día del Padre, explicó que el turismo interno se movió más que en 2023 (según datos de la Confederación Argentina, viajaron 2 millones de personas), pero las ventas comerciales vinculadas a la fecha tradicional mostraron una fuerte caída. A nivel local, la facturación promedio aumentó solo un 10%, con un repunte puntual en la venta de pequeños electrodomésticos, especialmente celulares. Sin embargo, ese leve incremento no alcanza a equiparar la inflación interanual, estimada en torno al 50%.
“El ticket promedio creció entre un 25% y 30%, pero frente a la inflación, en términos reales cayó. La gente optó por regalos más económicos”, indicó Piancazzo, y advirtió sobre el uso de promociones en 12 cuotas que, aunque parecen útiles, generan una señal de alerta cuando se aplican a productos de bajo valor como el calzado.
El gerente también analizó el impacto de la apertura de importaciones, que amplió la variedad de productos, especialmente en el rubro de accesorios para celulares. “Son artículos de mucha rotación y bajo costo, lo que permitió la apertura de muchos locales nuevos. Pero esto también compite con la producción nacional y afecta a las industrias locales”, señaló.
Según datos de la Cámara, la capacidad instalada industrial está en torno al 60%, lo que implica una preocupante ociosidad del 40%: “Con más productos importados, esa capacidad irá en baja. Y si las pymes no necesitan producir, tampoco van a contratar personal”.
Además, apuntó contra las cargas sociales como uno de los principales factores que desalientan el empleo en blanco. “En algunos casos representan hasta el 60% o 70%. El empleado no está conforme con lo que cobra, y el empleador tampoco con lo que paga; no le sirve a ninguno de los dos”, lamentó.
Finalmente, sostuvo que el contexto actual de precios en dólares altos también ha reducido el turismo de extranjeros, lo que impacta negativamente en economías regionales y fronterizas, porque “ya no vienen como antes de Chile o Brasil. Ahora somos nosotros los que buscamos comprar afuera; y eso también nos perjudica”.
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