A pocas horas del cierre de alianzas previsto para este miércoles 9 de julio, tanto en el radicalismo como en el peronismo bonaerense se intensifican las negociaciones internas. La definición de las estrategias electorales deja al descubierto tensiones profundas; en la Unión Cívica Radical (UCR), crece la presión de un sector que plantea competir con la histórica Lista 3, mientras que en el peronismo la disputa central pasa por el control de los apoderados partidarios.
En el caso del radicalismo, el Comité Provincia se encuentra reunido para definir su posicionamiento frente al armado electoral del 7 de septiembre. Un sector impulsa la idea de un camino propio, sin alianzas, con una propuesta radical pura que recupere identidad y presencia territorial. La posibilidad de asociarse con otros espacios como el GEN o incluso sectores vinculados a La Libertad Avanza también está en análisis, pero no hay consenso.
Por su parte, el peronismo enfrenta una interna menos visible pero igual de decisiva, la disputa por los apoderados. En elecciones anteriores, el rol del apoderado del partido solía ser casi automático, pero el nuevo calendario electoral bonaerense, desacoplado de Nación, modificó la dinámica. El oficialismo provincial impulsa que el frente que lidera, el Movimiento de Futuro (MDF), tenga sus propios apoderados, lo que generó tensiones con el Partido Justicialista.
Uno de los puntos clave en la discusión pasa por quiénes serán los apoderados del frente electoral. A diferencia de años anteriores, en los que el Partido Justicialista imponía de forma natural a sus apoderado. La pelea por esos cargos no es menor, ya que los apoderados son los encargados de validar la presentación de listas y garantizar que se respeten los acuerdos internos.
En paralelo, se habla de “firmas cruzadas” como mecanismo de garantía. Este recurso busca blindar los compromisos acordados para el armado de listas, evitando que una vez cerrado el frente electoral se alteren los lugares prometidos a distintos sectores. La práctica surge como respuesta a un clima general de desconfianza interna, que incluso persiste a pesar de que el frente formal se mantendría unido.
Entre los nombres que suenan para ocupar el rol de apoderados dentro del espacio peronista figuran representantes de todos los sectores. Por el Frente Renovador se mencionan a Eduardo Sarmul, Sofía Vanelli y Rubén “Turco” Slaiman. Desde La Cámpora, el nombre de Jerónimo Ustarroz —hermano de Eduardo “Wado” de Pedro— aparece como una fija. También se suman Patricia García Blanco y Facundo Tignanelli. Por el sector más cercano a Kicillof, resuenan Agustina Vila (Secretaria General de Gobierno), Francisco Zannini (hijo de Carlos Zannini y funcionario de la Asesoría General) y Julio Alak.
La decisión por Julio Alak habría sido tomada directamente por el gobernador y responde, entre otras razones, a la estrecha relación con el Poder Judicial bonaerense que mantiene los equipos técnicos y jurídicos del Ministerio de Justicia bonaerense.
Su intervención aparentemente busca garantizar un desarrollo ordenado y sin sobresaltos en una instancia clave para el gobierno provincial.
Esta será la primera elección general provincial separada del calendario nacional, lo que implica un desafío logístico y jurídico sin precedentes en territorio bonaerense.