El nombre de Maximiliano Bondarenko irrumpió en la escena electoral de la tercera sección de la provincia de Buenos Aires, tras ser ungido como candidato a diputado provincial por La Libertad Avanza. Sin embargo, lejos de una aparición novedosa, su perfil combina una larga carrera en la Policía Bonaerense, un controvertido paso por la política, y más recientemente, una investigación por parte del Ministerio de Seguridad provincial que encendió las alarmas.
Según relató el periodista Gastón Garriga, Bondarenko inició su carrera en la Policía a mediados de los ’90 y ascendió rápidamente hasta convertirse en comisario inspector, un logro poco habitual para su edad. Sin embargo, no fue su desempeño operativo lo que lo catapultó, sino sus habilidades políticas y su buena “sintonía” con los superiores. Esa misma trayectoria le valió el rechazo de muchos colegas, quienes lo consideraban un “político metido en la policía”. “Ante las cámaras era Rambo, pero cuando sonaban los tiros, prefería quedarse en la comisaría”, sintetizó un testimonio recogido por Garriga.
Su salida de la fuerza no estuvo vinculada a causas penales ni a denuncias por gatillo fácil. Tampoco a procesos disciplinarios. Por el contrario, se fue, según su entorno, “cada vez más aislado”, y al poco tiempo comenzó a ocupar distintos cargos en la administración pública, de la mano de Emilio Monzó. Fue director del Renaper, concejal en Florencio Varela y parte del equipo político de Facundo Manes. Su acercamiento a La Libertad Avanza se produjo este año y, en apenas tres meses, logró encabezar la nómina legislativa por la tercera sección. Su esposa, Cecilia Da Silva, también fue beneficiada con un cargo, la dirigencia de la oficina de ANSES en Varela con un sueldo estimado en 3,5 millones de pesos.
Lo cierto fue que la campaña de Bondarenko sufrió un fuerte sacudón esta semana, tras una denuncia anónima que alertó sobre una supuesta red de apoyo político al candidato dentro de la fuerza policial bonaerense. La investigación interna derivó en la expulsión de 24 agentes, algunos de ellos de alto rango, que habrían utilizado recursos públicos y dependencias oficiales para sostener el armado libertario en la región. En este punto, es menester aclarar que la participación política de efectivos en actividad está prohibida por la Ley Orgánica de la Policía Bonaerense.
Desde el ministerio que conduce Javier Alonso aclararon que no se trata de una “represalia”, como titularon algunos medios, sino de una intervención administrativa basada en pruebas concretas.
A la par de ello, Garriga destacó un dato llamativo porque, más allá de las irregularidades, lo que más sorprende es que Bondarenko cuente con el respaldo de 24 policías, cuando su figura era marginal incluso dentro de la propia fuerza.
Frente a este panorama, el periodista analizó los desafíos del candidato libertario en términos electorales. Con un nivel de desconocimiento cercano al 80%, su instalación dependerá casi exclusivamente del arrastre de Javier Milei y de la estrategia de campaña basada en la asociación directa con el presidente. Pero advirtió: “Si yo fuera el estratega, no sé si quiero que lo conozcan más”.
Actualmente Bondarenko vive en City Bell, fuera del distrito que busca representar, y posee un patrimonio elevado en relación a su origen como funcionario de seguridad. Aunque no existen denuncias sobre enriquecimiento ilícito, el crecimiento patrimonial abre interrogantes.
Su candidatura responde a un patrón repetido por el oficialismo nacional, con figuras poco conocidas, legitimadas por su cercanía al presidente y con una lealtad sellada más por conveniencia que por trayectoria. “Te doy más de lo que soñaste, entonces tu vida ahora es mía”, definió Garriga sobre la perversa lógica del armado libertario. Pero, advirtió, ese tipo de vínculos entre “marginales” suele estar plagado de traiciones.
A poco más de un mes de las elecciones, el escándalo policial, el bajo nivel de conocimiento y los cuestionamientos internos plantean serios desafíos para la candidatura de Bondarenko. En un territorio donde el peronismo sigue siendo competitivo, su figura promete generar ruido.