En la historia del petróleo argentino, hay nombres que resuenan con fuerza, como Enrique Mosconi, pero otros quedan en un segundo plano, pese a haber sido fundamentales en la construcción de la industria nacional. Ese es el caso de Alonso Baldrich, ingeniero civil y militar, amigo y colaborador de Mosconi desde los tiempos universitarios, cuya figura acompaña de manera indisoluble los orígenes de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y la política de soberanía energética.
Baldrich nació en 1870 en San Nicolás de los Arroyos, hijo de Juan Esteban Baldrich, capitán del ejército español exiliado en Argentina tras participar en la rebelión encabezada por el general Prim en España. Su educación y formación militar lo llevaron al Colegio Militar de la Nación, donde se destacó como abanderado de su promoción, y más tarde estudió ingeniería en la Universidad de Buenos Aires, donde conoció a Mosconi, con quien entablaría una amistad y colaboración duradera.
Ambos participaron en estudios estratégicos para el Ferrocarril Central Norte, cuyo trazado permitió el desarrollo de infraestructura clave entre Salta y Jujuy, y viajaron a Europa para perfeccionarse en ingeniería militar, adquiriendo conocimientos que luego aplicarían en la industria nacional. Baldrich se hizo cargo del arsenal de Puerto Borgui en Santa Fe, mientras Mosconi lideraba el servicio de aeronáutica nacional y luego la creación de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales.
La relación entre ambos hombres se consolidó en la lucha por el control estatal del petróleo, enfrentando los intereses de compañías extranjeras como Standard Oil y Royal Dutch. Mosconi, a la cabeza de YPF desde 1922, impulsó la creación de la destilería de La Plata y la expansión de la red de combustibles a lo largo de todo el país, siguiendo el principio de integración vertical desde la exploración hasta la distribución, modelo que inspiraría a otros países de América Latina, como México y Bolivia. Baldrich fue su colaborador más cercano, responsable de la logística, la administración y la innovación tecnológica en los arsenales y en la industria.
Ambos fueron objeto de persecuciones judiciales y acusaciones infundadas. Mosconi fue acusado de comunista y de desviar fondos, mientras que Baldrich también sufrió presiones por su participación en políticas industriales y de soberanía energética. Sin embargo, sus acciones sentaron las bases de una política estratégica de autoabastecimiento, indispensable para el desarrollo industrial y aeronáutico del país.
El ejemplo de Mosconi y Baldrich no sólo marca un capítulo clave en la historia del petróleo, sino que también refleja un patrón recurrente en Argentina; la persecución de líderes comprometidos con la soberanía nacional frente a intereses concentrados y transnacionales. Recuperar la memoria de estas figuras permite comprender la importancia de la industria nacional y de la soberanía energética en la construcción de un país independiente y autosuficiente.
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