El economista Martín Sotiru analizó la coyuntura económica en diálogo con Aire de Rivera y apuntó contra la falta de coherencia entre el discurso oficial y las medidas adoptadas por el gobierno nacional.
“Lo más confuso de este gobierno es que no hay que escucharlo. Nunca hacen lo que dicen. Si anuncian una cosa, después hacen lo contrario y luego buscan justificarlo”, planteó.
Explicó que la reciente suba de tasas de interés, con plazos fijos en torno al 50%, busca contener la presión sobre el dólar en un contexto de menor ingreso de divisas por exportaciones. El gobierno prometía que el dólar “iba a caer por arte de magia”, pero con la cosecha liquidada y las importaciones creciendo, lo lógico era que buscara un nuevo techo. Frente a eso, decidieron subir las tasas de manera “muy agresiva”.
En ese marco, señaló que el dólar se estabilizó en torno a los $1.300: “Lograron contenerlo, pero no bajarlo como esperaban. Además, a ese valor muchos lo perciben barato, lo que incentiva compras y genera un piso de demanda difícil de quebrar”.
Sobre la estrategia de carry trade, sostuvo que los altos rendimientos financieros vuelven atractiva la colocación en pesos, aunque advirtió que “cuando se venzan esos plazos fijos y la gente corra a buscar dólares, el problema puede reaparecer”.
Lo cierto es que el costo de estas políticas se refleja en la economía cotidiana: “Con tasas tan altas va a desaparecer el sistema de cuotas sin interés y se complica el financiamiento para familias y empresas. El año pasado hubo endeudamiento para sostener el consumo; este año, con salarios estancados y sin crédito, ese motor se apaga”.
A ello se suma la inflación en los servicios básicos, porque más allá de que el dato oficial dio un 1,9% en julio, los aumentos de luz, gas, combustibles y comunicación rondan el 60% interanual, casi el doble del promedio general. Eso golpea directo en los gastos fijos de cada hogar.
Frente a este panorama Sotiru remarcó que una familia tipo necesita casi un millón de pesos mensuales solo para alimentos. “Después de pagar eso, ¿qué queda para vivir? Nada. Y lo demás que son servicios, seguros y transporte sigue subiendo. La gente llega a fin de mes con cada vez menos margen”, resumió.
En un año electoral “el gobierno se sostiene con expectativas, pero todo está atado con alambre; todos estamos mirando qué va a pasar después de octubre”.