La colectividad búlgara se prepara para vivir una nueva edición de la Fiesta del Inmigrante con la representación de dos jóvenes que llevan en el corazón la cultura, la danza y las tradiciones de su comunidad: Trinidad Ríos y Germán Aguirre.
“Vivir la Fiesta del Inmigrante me llena el corazón de orgullo”, aseguró Trinidad, quien desde muy chica participa en el conjunto de baile Silenca. Según contó, en ese espacio “todos son bienvenidos, nadie es apartado por no saber bailar”, lo que lo convierte en un grupo unido donde prima la contención.
Además de la danza, Ríos también colabora con la cocina de la colectividad. “Soy pastelera profesional y disfruto ayudar en la colectividad”, comentó. Su pasión está atravesada también por los vínculos afectivos: “Mi mamá, mi hermano y mi hermanita también bailan. Soy muy familiera”.
Este año, la joven asume con alegría el desafío de representar a Bulgaria en la tradicional fiesta. “Ahora que me toca representar a la colectividad, voy a disfrutarlo al máximo”, expresó con emoción.
Por su parte, Germán Aguirre, de 26 años, remarcó que se trata de un sueño cumplido. “Siempre quise representar a la colectividad y ahora que me dieron la oportunidad no lo puedo creer”, afirmó. Para él, la colectividad es “como una familia, siempre ayudándonos en los ensayos y disfrutando de la música y los bailes”.
Su camino también está marcado por la compañía de sus seres queridos, ya que su hermanito baila desde los cinco años y su madre lo acompaña en cada paso. Con entusiasmo, Aguirre dejó un mensaje a quienes quieran sumarse: “A los que no se animan, les digo que vayan a cualquier colectividad que les guste, ¡va a ser re lindo!”.
Finalmente, destacó el valor de compartir la danza y las raíces culturales: “Bailar y compartir nuestra cultura me hace sentir realmente en casa”.