El economista y profesor de la Universidad Nacional de La Plata, Gerardo De Santis, analizó en Cueste lo que Cueste el resultado electoral y los factores económicos que lo explican. “Fue un plebiscito sobre Milei; pensé en una elección más pareja, pero la magnitud del respaldo fue contundente”, reconoció.
Según explicó, el voto al oficialismo se apoyó en dos pilares, la estabilidad inflacionaria y el temor a una nueva crisis. “Venimos de años de inflación creciente y hoy los precios bajan. La gente siente que puede organizar su vida; aunque el gasto en servicios sube más que la inflación del INDEC, lo que prima es la percepción de control”, afirmó.
Lo cierto es que ese alivio convive con una caída real del ingreso: “El estudio de Lacunza muestra una pérdida del 16% en dos años incluso entre trabajadores formales. Pero la gente prefirió estabilidad antes que el abismo, porque si el Gobierno perdía, muchos temían un estallido inmediato.”
A ello le agregó que la estabilidad actual se sostiene con apoyo externo, porque “está atada con alambres, sostenida por el FMI y Estados Unidos. Una derrota oficialista podía cortar ese respaldo, y no es un chantaje, pero sí un límite real.”
Desde una mirada histórica, recordó que “Argentina fue un país de clase media masiva, con diferencias de ingreso similares a Europa”. Ese equilibrio, dijo, se rompió a partir de los años setenta y se fue deteriorando con cada crisis, con la híper del 89-90, con el colapso del 2001, con la crisis del 2019 y ahora, con la recesión actual que destruye empleo y empresas.
Para De Santis, el eje central es la desigualdad: “El 10% más rico concentra ingresos a costa de la clase media y los sectores populares. Así se debilita el mercado interno y se frena la economía real.”
La posible salida exige recomponer salarios y poder adquisitivo, recuperando los ingresos de los sectores medios y populares.
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