La fábrica Acerías Berisso, ubicada en 128 entre 4 y 5, cerró sus puertas sin previo aviso la semana pasada, dejando a 40 familias sin trabajo y con salarios adeudados desde hace más de un mes y medio. Sumado a ello, los empleados denunciaron la falta de aportes patronales y que los despidos fueron comunicados por WhatsApp, sin ninguna notificación formal ni documentación legal.
Frente a esta situación, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, pero cuando los trabajadores se presentaron el martes para retomar sus tareas, se encontraron nuevamente con las puertas cerradas y sin comunicado alguno de la empresa.
“Hoy ya es el tercer día que nos presentamos y las puertas siguen cerradas. No tenemos ningún tipo de notificación por parte de la empresa”, contó Carlos Zárate, delegado de los trabajadores, en diálogo con Cueste lo que Cueste. Según explicó, la firma no se presentó a la audiencia laboral convocada, pese a que la medida de conciliación sigue vigente.
El conflicto se remonta a abril, cuando la empresa incumplió con el pago de los sueldos. Desde entonces, los empleados iniciaron retenciones de tareas y posteriormente una ocupación pacífica, en busca de respuestas. “Nos seguimos presentando en el horario habitual para que no se tome como abandono de trabajo”, aclararon.
En medio de la incertidumbre, reciben apoyo del gremio y del municipio local, además de donaciones de alimentos y ayuda económica de distintas agrupaciones. Sin embargo, la situación es crítica: “Comida no nos falta, pero tenemos que pagar alquiler, colegio, club, gas, y ahí es cuando se complica”.
“Esto es una mina de oro. Es una empresa con historia, que llegó a exportar a Brasil y Chile. Sería una lástima dejar que se caiga”, expresó Zárate, reflejando el sentimiento colectivo de quienes hoy esperan que la planta vuelva a abrir sus puertas.
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