Este sábado 22, el mítico Pura Vida volverá a encender sus luces con una fecha que promete una mezcla perfecta de nostalgia, creatividad y resistencia cultural. Allí se presentará San Martín Vampire, la banda que en los años 90 rompió moldes y “voló el cráneo” a toda una generación con su electropop experimental.
El proyecto liderado por el multifacético Sergio Pángaro compartirá escenario con Demonios de Tasmania, en una noche que además contará con la musicalización del DJ Diego Morales.
En diálogo con Goles y Rock en Roles, Pángaro repasó su vínculo visceral con La Plata, ciudad donde pasó sus años formativos tras llegar desde Comodoro Rivadavia. “Es una joya esa ciudad; no sólo por su belleza, sino por las instituciones, los grupos creativos, todo lo que se generó ahí. Haber nacido como artista en ese entorno me marcó para siempre”, afirmó.
San Martín Vampire nació justamente en ese caldo cultural platense de los 90, una ciudad atravesada por la recuperación democrática y por una explosión de propuestas artísticas que nacían de la mezcla de estudiantes de todo el país y de Latinoamérica. Aquella escena fue clave para el surgimiento del trío, hoy conformado por Pángaro, Jim López —en reemplazo de Rudy Martínez— y esa identidad sonora que fusiona electrónica, guitarras surf y una impronta vocal cruiner. En Spotify, bajo las siglas SMV, el grupo reúne tres discos editados y ya trabaja en un cuarto, del cual podría estrenar material este sábado.
Durante la conversación, Pángaro también reflexionó sobre el retroceso cultural y social de los últimos tiempos. “No defendimos lo suficiente muchos de los derechos que hoy se cuestionan. Cuando no se sabe bien por qué se tienen, es fácil ponerlos en duda. Hay discusiones que directamente no tienen sentido”, expresó. Aun así, el músico reivindicó el rol de la creación artística como espacio de refugio y resistencia: “Bailar, pensar y disfrutar lo sencillo; esa combinación es un antídoto. San Martín Vampire trabaja sobre esa fórmula”.
El regreso de la banda tuvo, además, una historia particular, porque fue la pandemia la que permitió recomponer vínculos internos y reactivar el proyecto. “Nos dimos cuenta de que nuestras diferencias habían sido malos entendidos. Esta trilogía que elegimos hace más de veinte años sigue funcionando. Hacer música juntos nos hace bien”, contó.
Este sábado, en Pura Vida, esa energía volverá a escena. Entre guitarras reverberadas, pistas electrónicas y la voz inconfundible de Pángaro, San Martín Vampire promete un viaje estético y emocional que dialoga tanto con la memoria de los 90 como con la necesidad actual de recuperar el sentido de comunidad cultural.
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