El nuevo aumento del transporte público anunciado el lunes volvió a golpear de lleno el bolsillo de quienes dependen del colectivo para trabajar, estudiar o simplemente moverse por la región capital. Con una suba del 15%, el pasaje en las líneas que conectan Berisso, La Plata y Ensenada ya supera los 700 pesos y un viaje de una ciudad a otra ronda los 900 pesos.
Esto significa que una persona que ida y vuelta debe gastar 1.800 pesos por día, casi 9.000 a la semana y alrededor de 36.000 pesos por mes, sin contar combinaciones ni otros traslados.
Durante la mañana de este miércoles, el móvil de la 96.3 recorrió Avenida Montevideo de Berisso para escuchar a quienes esperan el colectivo en la parada, y lo que aparece en cada conversación es una mezcla de preocupación y resignación, una sensación extendida de que el servicio no mejora mientras el precio del boleto sube todos los meses.
Noelia, que trabaja en el ámbito de la salud, viaja casi todos los días y carga entre 10.000 y 15.000 pesos por semana en la SUBE. “Está complicado, pero ya está ¿qué voy a hacer?”, dijo, con la naturalidad de quien ya asumió que cada incremento es inevitable. A pesar del gasto, no vio cambios en la calidad del servicio: “Me manejo con los horarios de la aplicación, entonces no espero tanto; pero mejoras no, lo mismo de siempre”.
Ivana también usa el colectivo todos los días para ir a trabajar. Esa mañana cargó 5.000 pesos que, calcula, le durarán cuatro días. A ella le preocupa que el aumento sea constante: “Se hace difícil que todos los meses incremente un poquito más; es mucho para sostenerlo”. Cuando se le consultó por los tótems de seguridad instalados en distintas paradas, nunca tuvo que usarlos y tampoco conoció a alguien que lo haya hecho. La duda sobre el funcionamiento real de esos dispositivos reaparece cada vez que sube la tarifa y la infraestructura no acompaña.
Agustín, estudiante universitario, sumó otra arista del problema; el boleto estudiantil que se acredita siempre con el mismo monto desde principio de año, sin ajuste. “Nos dan entre 20.000 y 23.000, pero no alcanza para todo el mes. Siempre hay que poner plata de bolsillo”, explicó. Aunque el costo del transporte aumentó mes a mes, el beneficio quedó congelado.
En el ida y vuelta del móvil surgió además una duda compartida por muchos usuarios, que es la utilidad de los tótems de seguridad instalados en Berisso. Si bien en otras ciudades hubo casos difundidos donde funcionaron para resolver delitos o emergencias, en la calle predomina la desconfianza. La mayoría de los pasajeros aseguró no haberlos utilizado nunca y no tener referencias concretas de su funcionamiento.

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