El último sábado en el Movistar Arena, Divididos volvió a hacer lo que mejor sabe, convertir un recital en un acontecimiento colectivo. Pero esta vez logró algo más; en una noche cargada de invitados y emociones, el trío convocó a Miguel Cantilo para interpretar La marcha de la bronca, un himno que, más de cinco décadas después de haber sido compuesto, vuelve a resonar con una actualidad desconcertante.
“Fue un momento memorable”, dije Cantilo en entrevista con Pablo Valenti, todavía sorprendido por el clima que se generó con 15.000 personas cantando a la par, con la letra proyectada en la pantalla y una energía que recordó que el arte también dice lo que otros intentan callar.
Para él la escena tuvo algo de festival más que de recital: “Divididos es muy generoso con sus invitados, siempre abre el escenario a artistas de estilos distintos. Lo de la otra noche fue un desfile de cosas interesantes”. Y si bien está acostumbrado a compartir canciones en vivo, admitió que esta vez la experiencia lo atravesó de un modo especial. “La canción volvió a ponerse vigente sola; no fue idea nuestra ni de ningún productor. Es el sentimiento de la mayoría en este momento”, expresó.
Escrito en 1969, en plena dictadura de Onganía, el tema nació como una pieza contestataria de época, en sintonía con el clima internacional de protesta y el despertar generacional. “En ese tiempo yo tenía 19 años y sentía la presión de la falta de libertad, la prepotencia militar. No imaginaba lo que vendría después”, recordó. Su composición es sencilla, casi humilde desde lo musical, pero cargada de una letra que terminó convirtiéndose en marca de época. Y aunque algunos versos hayan quedado atados a otro tiempo el espíritu de la canción volvió a latir en un país que acumula malestar.
La charla con Valenti derivó inevitablemente en la Argentina actual, y Cantilo no esquivó el análisis. “Estoy sorprendido y amargado por el retroceso social, cultural y humano”, admitió. Pero también sostuvo que ninguna caída es definitiva: “Todo retroceso implica que en algún momento se vuelve hacia adelante; cada vez más gente toma conciencia. La misma unidad que forjó cambios en otras épocas va a volver a aparecer”.
En pleno repaso por su trayectoria, apareció otro motivo de celebración: viene de lanzar Amigo, su disco número 36, que presentará el 8 de diciembre en el Teatro Piccadilly. Un álbum íntegramente compuesto por canciones nuevas, escritas y terminadas en distintos momentos de los últimos años. El show incluirá invitados, entre ellos el Quinteto Negro de la Boca, que versionó La marcha de la bronca, y su histórico compañero Jorge Durietz para revisitar canciones de Pedro y Pablo.
La entrevista cierra con el eco de la misma escena que la abrió; miles de voces cantando una canción de 1969 que volvió para decir lo que muchos piensan y pocos tienen dónde expresar. La bronca, otra vez, convertida en canto. Y un artista que sigue escribiendo, cantando y empujando, como hace más de cincuenta años.
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