“La gente me conoce por la tele, pero siempre hice teatro. Kapuska es una historia real, casi olvidada, sobre un militante peronista idealista que es enviado como agregado obrero a la embajada argentina en Moscú, en los años ‘40. Va buscando el paraíso del proletariado y se encuentra con el infierno estalinista”, relató Belloso en una entrevista con Cueste lo que cueste.
La obra, que transcurre en dos líneas temporales, el Moscú de 1947 y la Argentina de 1959, pone en juego la tensión entre la utopía peronista y el desencanto del comunismo burocrático. Pero también interpela al presente: “Kapuska habla de la traición. Del peronismo proscripto, de los ideales pisoteados. Es una obra con mucho humor, pero también mucha emoción”.
Belloso viene transitando una línea de teatro político en el circuito independiente. Antes desea obra, presentó El aparato, una sátira distópica sobre los aparatos ideológicos del Estado protagonizada por una caricatura inquietante de Javier Milei. “Me adelanté a la época sin saberlo, y cuando estrenamos resonaba muy fuerte. Ahora con Kapuska quería ir hacia la utopía, hacia ese primer peronismo que ampliaba derechos, que pensaba en los trabajadores”, manifestó.
La elección de traer esta historia a Berisso no es casual. “Cuando me dijeron que venía a esta ciudad, pensé: qué lugar más simbólico para hablar de justicia social, de soberanía política, de independencia económica. Berisso es el kilómetro cero del 17 de octubre. La gente va a encontrar humor, historia, emoción. Y si se quieren subir al escenario a opinar, bienvenidos sean”, dijo con entusiasmo.
Sobre el sentido de hacer teatro gratuito en este contexto, dijo que esta obra la pensó para una gira. “Hoy los artistas también estamos ajustados, pero vamos a los territorios porque el teatro tiene que estar donde está la gente. Es una manera de devolver algo, de compartir algo digno en un momento muy jodido para todos”, expresó.
Dónde estamos
Cabo verde y la Merced,
Ensenada, Buenos Aires (1925)