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 “Llegar a viejo nunca es el peor final”

foto nota la vela

La Vela Puerca en Atenas, La Plata, 8/7/23

Con la excusa de seguir presentando  “Discopático” y en un micro estadio con capacidad colmada, pasada media horita nomás de las 21hs del último sábado, los Sebas, Sebastián Teysera y Sebastián Cebreiro o el Enano y el Cebolla para la banda velera, histriónica y combativa dupla vocal de La Vela Puerca, abrieron el fuego de un nuevo ritual, en este Atenas de la ciudad de las diagonales, un clásico destino para el grupo ya, con la promesa de que “esta Troya iba a arder” de su tema inicial “Sin Avisar” arrancó un show, con ansiada fidelidad, tanto de sonido como de público.

Y así en una noche platense que, a fuerza de un repertorio muy rockero y con un pogo encendido en una hermandad de banderas uruguayas y argentinas, fue cerrando el paso, al frío y húmedo exterior de este julio austral, para volver, por casi dos horas, a la profundidad del disfrute rioplatense, con todos sus matices, ese que ya lleva 25 años o un poco mas, según se tome la edición de aquel primer disco “Deskarado” o el toque iniciático navideño de 1996.

La banda siguió con una versión algo mas ska de “Potosí” de “De bichos y flores”, de 2001. Luego con “La Teoría” ya se empezó a confirmar, más bien que bien, la certeza del orgulloso presente velero, siguió “Buenas Mascotas”, declaración de principios de estos “poetas de frases sencillas, con tanta contradicción, de canciones con letra directa, actores que ríen queriendo llorar”.

La ceremonia estalló con el primer tema interpretado del último disco: “Jugando con Fuego”, a esa altura ya con olorcito a clásico, dando a saber del “quilombo que pueden montar”, “saliendo a vivir” por esta “selva de cemento”.

El clima que se generó con el primero de los temas que sonaron de “A contraluz”: “Un frasco” nos hizo confirmar sospechas, lo que sucedería ahí iba a ser muy grosso. Siguió el nuevito “La pastilla”, un roqueado “El soldado de plomo”, tercer tema interpretado en la noche de “Érase”, disco editado en 2014. Con ”Clarobscuro” también de “A contraluz”, de 2004, hasta “las flores quieren bailar”; en trance ya, el público coreó ese mea culpa-estribo “será culpa de todos, no encontrar el modo pa´poder seguir”.

“La revancha” del disco “Destilar” reflejó el sentir de la Vela, con esa sensación de luz a pesar de toda la oscuridad prometida, que transporta y conecta, andá a saber a qué lugar soñado por esa multitud. En “No sé”, del último disco, ya Seba “el Cebolla” confirmó su carisma, al sostener unos idas y vueltas con el público, entre miradas y complicidades que se festejaron y devolvieron desde un campo en llamas.

En ese momento, en el que parecía promediar un show que estaba visitando gran parte de la historia de la banda, presentaron al único invitado de la noche, subió entonces Manuel Ferreiro o Manolo, para la hinchada, que lo recibió como a uno más de la banda de esta esquina, hiper amplificada pero de una honestidad barrial tremenda; que lo recibieron decía, a aquel Stage amigo del Enano desde los 12 años, del que un día en una gira dijeron el Cebolla y Nico “bo, esta la podría cantar el Manolo, estaría bueno”, ese deseo expresado era por “Sigo creyendo” tema del disco “Piel y hueso” y así fue, ese y el siguiente “Colabore”, fueron interpretados por Manolo, ovacionados y coreados además, por un público que ya se sentía parte de la celebración, comportamiento de hermandad musical y respeto, que se contagiaba desde ambos lados de un vallado, que se iba evaporando en cada solo de guitarras de Santi y Rafa o Santiago Butler y Rafael Di Bello, que dibujaron magistralmente sobre los ritmos del antes nombrado Nicolás “Mandril” Lieutier en bajo, una especie de alter ego oriental de Iggy Pop, y Pepe Canedo (ex La Tabaré y Peyote Asesino) en batería, ambos en una base de ajustada maquinaria sonora.

Completaron la puesta, el set de vientos de Carlos “Coli” Quijano en saxo y Ale Piccone en trompeta y los teclados de Diego Mendez, última incorporación a esta banda de “viejos amigos” montevideanos, que sigue peleándole al paso del tiempo a pura resistencia y devoción. Siguieron “Para no verme más”, “Para siempre”, con el Enano en acústica, “Todo el karma”, “Por dentro” y “Sin palabras”, temas con solos alternados de guitarra, vientos y al final un Seba Teysera arengando, cual director de esa orquesta de almas, que ya vibraba en cada espacio de la sala. Siguieron los solos guitarreros y la dupla vocal la rompió toda en “Haciéndose pasar por luz”, oda anarco-ecológica y con “Llenos de magia”, pico insumiso, rabioso y tenaz, al que escaló la noche en apariencia sin retorno ya.

Ni el parate que se tomó la banda, ni la pequeña escaramuza del campo, aparentemente por un rastrero, identificado y expulsado por los asistentes al show, desterrado de ese paraíso de sentires y solidaridades en que tornó, al menos por ese rato, el campo de juego; nada de esto decía, logró disminuir esa magia. Luego de unos diez, quince minutos, volvió la banda a pleno con “Va a escampar” y siguió subiendo en emoción la noche hasta ”Zafar”, el sexto tema al hilo y octavo del show del discazo quiebre “A contraluz”.

A partir de este momento se me sucedieron los hechos algo borrosos de tanto latir, Seba, el Enano, dedicó el tema siguiente al público, por esos 28 años de amor y el coro de “Vuelan palos” movió hasta a las columnas del estadio: “Vaaamos, vamos la Vela, vaaamos la Vela de mi corazón!” impresionante feeling entre un público y una banda que, entre el vapor y los coros, ya fueron uno.

Después siguieron dos súper clásicos como “El Viejo” (ese upgrade de la letra de “entraba pa´los 50” terminó de ganar mi corazón),  y “El profeta”, ahí se dio la típica despedida de banda, saludos y demases. Parecían irse todos ya,  pero volvió Seba Teysera solo, con banqueta y guitarra acústica y cual gigante fogón de amigos, pero con puesta nivel estadio, cerró con un coreado hasta el infinito “Pedro sabía”, como para ir bajándose de a poquito de esta noche de emociones musicales tan cercanas.

“Hasta la próxima gurises”, cerró el Seba y la avenida 13 nos esperaba, con la vuelta a la noche gris, una salida tranquila y sin disturbios, espero hayan disfrutado de igual manera quienes fueron con las entradas sorteadas por la 3 Ciudades, antenti! Primera escala de un año de propuestas de encanto, grandes sorteos y novedades.

Entre reflexiones acerca de esas buenas nuevas y las últimas notas del show merodeando la sesera, recuerdo, tarareando partes del fraseo de “Revancha” de la Vela, que de eso quizás habla todo esto, de nosotros mismos, que no está tan mal atravesar tempestades, si es para traer la noticia de que volver es posible: “No hay remedio que cure mas, que tus ganas de estar. Nadie se puso a pensar, llegar a viejo nunca es el peor final”.