Este lunes por la mañana, nos acercamos a la clínica veterinaria ubicada en calle 12 entre 62 y 63, donde dialogamos con Laura sobre los cambios en la compra y las dificultades a la hora de realizar una intervención.
La compra de alimentos es uno de los puntos en los que más se ve el ajuste de precios, lo cual hace que los dueños elijan para sus mascotas comida de menor calidad. Lo mismo con la pipeta de pulgas y garrapatas que antes se aplicaban de manera mensual y ahora cada dos o tres meses.
Tras años de experiencia en el rubro señaló que “al bajar la calidad en el alimento suben las consultas médicas”; tendencia que complica aún más el cuidado del animal.
Además, indicó que la suba de precios golpea a quienes son parte de las asociaciones o grupos de rescatistas, porque “cada vez hay más animales en la calle y menos castración”.
Ante esto, consideró que sería muy bueno que el servicio gratuito que presta la municipalidad funcione mejor, es decir, que puedan contar con más apoyo para afrontar tanto trabajo.
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