En su columna de género y diversidad, la referente de la Fundación Micaela, Agustina Díaz, hizo una reflexión sobre el 3 de junio como fecha conmemorativa del “Ni una menos”.
La primera convocatoria se dio en el 2015 de forma espontánea, año en el que hubo una seguidilla de casos muy graves y feminicidios que, semanas tras semanas, comenzaron a protagonizar las noticias policiales en los noticieros de todo el país. Producto de ello, en la sociedad se dio un síntoma de hartazgo donde empezó a acuñarse la frase “Ni una menos”.
En ese primer encuentro participaron miles de mujeres en Buenos Aires y el resto del país, que veían “poco y nada” en el actuar policial y judicial frente a este tipo de casos.
“Con el tiempo fueron cambiando las convocatorias con el contexto político y social, al igual que con el 8M, adaptándose a las demandas y consignas”, planteó, señalando que ahora “el Estado es demandando porque no conoce la perspectiva de género, además de que hay muchas personas que integran el gabinete nacional y niegan la existencia de crímenes, contrario a lo que dice el código penal. Hay una negación retórica y simbólica de la problemática, y un achicamiento de las redes que se habían construido con mucho esfuerzo”.
“El 80% de estas políticas públicas fueron cortadas desde diciembre de 2023”, indicó.
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