El sindicalista y político argentino, Pablo Micheli, hizo un análisis al aire de la 96.3 luego de la aprobación de la Ley de Bases que se concretó el pasado miércoles en el Senado de la Nación.
“El presidente Milei se apuró sabiendo que estaba aprobada en general y sacó el decreto de desguace del sistema ferroviario argentino”, informó sobre el inicio de la nota, dando cuenta de las primeras consecuencias de una ley que “no tiene un sólo renglón, ni una coma en favor del pueblo argentino. Y lo triste fue que lo votaron representantes del pueblo”.
Decisión que incluye a dos senadores peronistas, Espíndola y Kueider, que fueron designados por el Partido Justicialista. “No se que pesa a la hora de elegir gente que va a presentarse para hacer política para que nada cambie, porque hace política para salvarse y llenarse los bolsillos, venderse. Eso lo puedo entender de algún diputado o diputada de La Libertad Avanza o empresarios, o sectores del PRO, pero no lo puedo entender del peronismo, que senadores nacionales sean un absoluto respaldo del pueblo argentino.”
Este tipo de desencuentros precisan, tal como mencionó Micheli, una autocrítica profunda porque “hay tipos que nunca escuchamos ni hablar ni conocemos” dentro del campo popular.
Por otro lado, le dedicó un gran apartado al sindicalismo “porque hay mucho dirigente sindical vendido”. Entonces, en esta oportunidad “va a haber quienes se arrodillen, pero también habrá mucha resistencia”.
Al igual que en la política partidaria consideró que también debería haber un replanteo dentro del sindicalismo ya que “es uno de los eslabones más débiles de la democracia en Argentina. Hay que llegar a que no sea sinónimo de enriquecimiento o interés personal”.
Respecto al rol de la CGT aclaró que Pablo Moyano y un grupo de militantes pelearon para que el pasado miércoles hubiera paro y pudieran movilizar todas las centrales, pero “lamentablemente parte de la CGT le dio la espalda; por eso, hay que discutir a quiénes son funcionales estos dirigentes, si a los trabajadores que dicen defender o al poder. Hay que llevarse puesto al sistema sindical argentino para que sea más democrático, clasista y combativo, y eso lo tienen que hacer las y los trabajadores”.
“Son tiempos de construir proyectos colectivos, no caudillescos. El problema central de nuestro país es la falta de unidad del campo popular porque cada cual atiende su juego. Estuve todo el día en el Congreso y veían cómo llegaban las columnas pero cada uno por voluntad propia. No es así, falta una figura que conduzca eso, un espacio multisectorial”.
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