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Cirugía itinerante: el equipo del Hospital de Niños Sor María Ludovica operó con éxito a dos bebés prematuros

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La cirugía se realizó fuera del quirófano, en la propia incubadora donde los bebés prematuros estaban internados. Con una logística precisa y un equipo altamente especializado, el Hospital de Niños Sor María Ludovica volvió a demostrar por qué es un referente en salud pública; médicos del servicio de cirugía cardiovascular se trasladaron recientemente al Hospital Cuenca Alta de Cañuelas para intervenir con éxito a dos recién nacidos que presentaban un ductus arterioso persistente, una condición frecuente en bebés prematuros.

El director del Ludovica, Gustavo Sastre, explicó en diálogo con Cueste lo que Cueste que este tipo de operativos forman parte de un programa de “cirugía itinerante cardiovascular” que el hospital desarrolla desde hace cuatro años. “Antes, estos pacientes debían ser trasladados al hospital para ser operados, pero eso implicaba un riesgo altísimo. Son bebés de uno o dos kilos, conectados a respiradores o medicación. Hoy vamos nosotros, con todo el equipo, y hacemos la cirugía ahí mismo”, señaló.

El ductus arterioso persistente es un canal que, en condiciones normales, se cierra naturalmente luego del nacimiento. Pero en bebés prematuros, ese cierre no siempre ocurre. “Si no se cierra, puede generar complicaciones respiratorias y cardíacas que impiden que el bebé crezca”, explicó Sastre. La intervención quirúrgica, rápida y precisa en manos expertas, consiste en ligar ese conducto. “La realizamos dentro de la unidad de neonatología, sin mover al paciente. Eso mejora notablemente los resultados y reduce los riesgos”, agregó.

El Ludovica, con más de 120 años de historia, es un símbolo de la salud pública en la región. Pero lejos de ser un hospital que mira al pasado, se adapta permanentemente a los nuevos desafíos. “El año pasado hicimos por primera vez una cesárea en el hospital. Nunca se había hecho. Fue porque recibimos un caso de gastrosquisis —una malformación abdominal— y decidimos que era mejor que el bebé naciera acá, para poder intervenirlo a los quince minutos. Ya hicimos cinco cesáreas con excelentes resultados”, contó Sastre.

Pero no todo es innovación quirúrgica. El director también habló de los desafíos cotidianos como el aumento de la demanda por la caída de las coberturas de obra social, la falta de provisión de medicamentos que estaban a cargo del Estado nacional —como los tratamientos para hemofilia— y la necesidad constante de más insumos y recursos.

“El hospital sigue siendo de puertas abiertas: quien llega a la guardia, es atendido. Pero lo que estamos haciendo es articular con otros hospitales de la ciudad para derivar los casos de menor complejidad y quedarnos nosotros con los más complejos. Así el sistema en red funciona mejor”, indicó.

La idea de la itinerancia no se limita a la cirugía cardiovascular. Durante la pandemia, el Ministerio de Salud bonaerense puso en marcha equipos de “terapistas itinerantes” que se trasladaban a los hospitales del interior donde colapsaban los servicios de terapia intensiva. Esa experiencia se replicó incluso en otras provincias como Neuquén y Santa Cruz.

Para el director, el eje está en la cooperación entre instituciones y en la convicción de que “cuando hay voluntad, se puede llegar a donde está la urgencia”. Lo importante, dice, es que “la salud pública no se detenga, aunque el contexto sea difícil”.