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Federico Surila indicó que el voto en Berisso “fue un castigo al gobierno de Milei, no un cheque en blanco a Cagliardi”

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Tras ubicarse en el cuarto lugar en las elecciones locales, el candidato del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) en Berisso, Federico Surila, analizó el escenario político y sostuvo que la jornada electoral estuvo fuertemente atravesada por la disputa nacional y la figura del presidente Javier Milei.

Según afirmó, “claramente fue una elección nacionalizada” en la que el mandatario buscó confrontar con el kirchnerismo y fortalecer su núcleo duro, “incluso con consignas nefastas que apelaron al negacionismo”.

En esa línea, Surila interpretó que el triunfo de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires se debió, en buena parte, al rechazo hacia las políticas del Gobierno nacional. “Fue un voto castigo a todo lo que fue el ataque al pueblo trabajador de Milei, a los jubilados, a las personas con discapacidad y al escándalo de coimas que salió a la luz”, subrayó.

También se refirió al triunfo del Fabián Cagliardi, y consideró que los resultados no deben leerse como un aval a su administración, sino como una reacción contra el oficialismo nacional. “No creo que el voto sea un plebiscito a la gestión de Cagliardi. Vimos mucha bronca no sólo contra el Gobierno Nacional, sino también contra la gestión municipal. Esto no es un cheque en blanco”, afirmó.

Para Surila, esa tensión se expresó en cortes de boleta a favor del FIT y de otras fuerzas opositoras. “Un sector votaba diputados peronistas y a nivel local nos elegía a nosotros. También pasó con Somos y con otras variantes”, explicó, aunque reconoció que el arrastre contra Milei terminó capitalizándose mayoritariamente en el peronismo.

Pese a la contundencia del triunfo oficialista, el referente del FIT remarcó que “no se pueden borrar de un plumazo los problemas estructurales que padece la ciudad”, y advirtió que “hace seis años que la gestión hace agua en un montón de sectores”.

En cuanto a la estrategia electoral, Surila diferenció al FIT de la estructura del peronismo. “Ellos tienen una organización muy armada y nosotros no podemos competir en esos términos. Apostamos al debate político, al mano a mano, a hablar con el vecino y plantearle nuestras propuestas”, indicó.

También respondió a las críticas de La Libertad Avanza, que había cuestionado el peso del aparato oficialista. Para el candidato, ese planteo “niega la realidad” ya que, dijo, “ellos también tienen su propio aparato”.

Por último, Surila destacó que el Frente de Izquierda se mantuvo unido en estas elecciones y que continúa siendo una voz vigente en la política local. “El Frente no se dividió, se fortaleció con cuatro fuerzas. Convocamos al Nuevo MAS y a Política Obrera para ampliar, pero decidieron ir por fuera. De todos modos, logramos el 7% en Berisso y seguimos siendo una referencia”, remarcó.

En el plano provincial, celebró el ingreso de dos diputados por la tercera sección electoral, lo que calificó como “una muy buena elección”.

El enfoque en salud

Otro de los ejes estuvo centrado en la situación sanitaria, donde Surila cuestionó el desfinanciamiento del sistema, al que consideró un problema de larga data: “El deterioro de la salud pública viene siendo progresivo, gobierno tras gobierno. Cada vez que se aprueba un presupuesto a la baja, tanto en la Legislatura provincial como en el Congreso, somos los primeros en repudiarlo y votarlo en contra”.

En particular, puso el foco en la salud mental en Berisso, tras la ordenanza que declaró la emergencia en 2023. Señaló que, más allá de la inauguración de un centro comunitario, “todavía no hay un plan concreto de cómo se va a implementar esa emergencia”. Para el dirigente, se trata de una problemática urgente, especialmente por el impacto en adolescentes, ya que “no alcanza con las fotos de campaña. Hay que discutir cómo abordar el suicidio adolescente y cómo contener a la juventud”.

El referente contó que en los debates escolares durante la campaña fue uno de los temas más mencionados por los estudiantes. “A los pibes les preocupa porque lo viven en carne propia, porque les pasa a sus compañeros. Es una situación muy crítica, pero también un saldo positivo de la campaña: se logró poner en agenda”, valoró.

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